¡Pericos campeones!

Foto de @Fanaticos21

Por Santiago Leiva

La fiesta blanca se redujo a las gradas. Los miles de hinchas albos que colonizaron los graderíos y butacas del estadio Cuscatlán acabaron con el paladar amargo y el ceño fruncido al atestiguar como Alianza dobló rodillas.

No pudo el cuadro paquidermo ante un Santa Tecla imperial que no solo se llevó una contundente victoria de 0-4 si no que monopolizó la pelota y pintó la cara a los de Jorge “el Zarco” Rodríguez en su propio territorio.

Ganó Ernesto Corti el tablero, y ganó Santa Tecla su tercer título, el segundo bajo el mando del estratega argentino. Un bicampeonato que en esta ocasión llega con autoridad y justicia deportiva porque Alianza esta vez no puso ni las manos.

Apenas 30 minutos dieron pelea los hombres de Jorge “el Zarco” Rodríguez. Media hora en el que el balón se jugó en la zona ancha y que sirvió para uno acabara poniendo su estilo de juego.

Lo impuso Santa Tecla, que al cerrar las bandas dejó sin oxígeno y sin ideas a los capitalinos, y tras desactivar los circuitos les puso cinta aislante con sus goles.

Fue Marlon Cornejo quien se encargó de descorchar el festejo para los pericos, pero en la acción tuvo mucho que ver Bryan Tamacas con un gran centro desde el corredor izquierdo.

La anotación llegó al ´36 y fue la que marcó el punto de partida de los tecleños hacia el título. Llegó el descanso para que “el Zarco” Rodríguez corrigiera la plana, pero Gersón Mayén se encargó de botar todos los planes paquidermos.

El volante tecleño aprovechó un centro de Ricardinho al ´46, y definió con remate cruzado el 0-2. Fue ese segundo gol el que mató las aspiraciones elefantes que en adelante caería en desesperación y frustración.

Sin más remedios que adelantar líneas, Alianza se volcó en ataque, pero dejó espacios abajo y los tecleños sacaron petróleo. Al ´83 William Canales en filo a marco y luego de dejar en el camino a dos rivales venció a Óscar Arroyo para el 0-3.

Justo al cierre del juego el mismo Canales asistió a Carlos Bueno y este decretó el lapidario 0-4. Para entonces el nombre de Santa Tecla ya casi estaba impreso en la copa.