Cantón Zapote Abajo, un año después del Chikungunya

Foto de referencia

Por: Samuel Gutiérrez

Le dolían los huesos, no había una parte de su cuerpo donde no sintiera dolor. La calentura y el dolor la tumbó por 4 días en la cama; así recuerda la enfermedad del chikungunya doña Dominga López , una de las primeras personas que padeció el virus hace un año en el cantón Zapotes Abajo del municipio de Ayutuxtupeque.

El virus tiene 3 fases, la aguda que dura 6 a 10 días, y es donde se presentan los síntomas más fuertes de la enfermedad, la subaguda, que dura de 6 a 9 meses, y se presentan esporádicamente dolores y procesos febriles, y la crónica que dura hasta 2 años.

Fue en Zapote Abajo, un cantón de unos 1,300 habitantes, donde se comenzó a diagnosticar a casi todos sus habitantes con dengue. Sin embargo, Luis Vasquez, médico municipal de la alcaldía de Ayutuxtupeque, señaló que los síntomas , fiebres altas, dolor intenso en los huesos, erupciones en la piel, aunque parecidos al dengue no correspondían a esa enfermedad sino a un nuevo virus llamado Chikungunya que también es transmitido por el zancudo y que en poco tiempo se propagó en todo el cantón, posteriormente al municipio y a todo el país.

Vasquez dijo que la diferencia entre el dengue y Chikungunya es que este último no es mortal. sin embargo aseguró que los dolores musculares producto del Chikungunya son más fuertes que en el dengue a tal punto de «incapacitar e invalidar» a quien lo padece. Agregó que niños y personas de la tercera edad fueron los más afectados.

«De los que tuve la oportunidad de ver cuando asistimos a brigadas al canton; fueron los niños los más afectados , a ellos les pegaba un dolor que ni un adulto lo soporta, un niño mucho menos, llegaban temblando, sudando de la gran fiebre, era un caso casi de pelicula», recordó el galeno.

Al regresar de un culto un jueves por la tarde , doña Dominga López relató que sintió un extraño y fuerte dolor de huesos, específicamente en sus piernas y en sus rodillas, seguido de altas temperaturas que la postraron en cama, dejándola incapaz levantarse por si sola y de vender fruta en una de las principales calles del cantón Zapote Abajo.

«Yo no sentía ánimo de nada, yo soy patoja, pero con eso he quedado peor, esa enfermedad me afecto bastante, la picazón me dio solo dos días», dijo la anciana de 69 años que ahora se ve obligada a apoyarse de un bordón para mantenerse en pie y disminuir el dolor de sus rodillas.

La misma situación vivió Luis Moran, pastor de una iglesia evangélica de la localidad. Él, sus hijos, su esposa y su madre de 79 años sufrieron Chikungunya. Moran dice que como pastor también visitó al rededor de 25 hogares para orar por la salud de familias enteras del cantón que estaban tendidas en cama producto de los dolores musculares y las fiebres.

Zancudo

«Familias enteras me llamaban para orar, todos en cama bien graves, en mi caso mi mama pasó cerca de 4 meses débil…. mi esposa no podía caminar me toco chinearla, en una semana todos estábamos enfermos en la casa», contó.

En ambos casos, tanto en la familia Moran como doña Dominga, y en casi todas las personas que padecieron Chikungunya en el cantón el Zapote Abajo , aseguran que los dolores aparecen esporádica y repentinamente, lo que los obliga a medicare y guardar reposo nuevamente.

El doctor Vasquez dijo que al menos un 80 % de la población total del municipio de Ayutuxtupeque padeció ya de Chikungunya, y que en algún momento de la vida el otro 20 % de la población lo padecerá si no se erradica criaderos de zancudos

Segun datos del Ministerio de Salud, durante el punto crítico del Chikungunya en 2014 se reportaban hasta 18 mil casos semanales de personas con el virus. En lo que va de 2015 solamente se han diagnosticado 9 mil casos.

En Zapote Abajo, actualmente, hay casos tan extremos como una bebé de 2 meses que no soporta ser cargada por su madre debido al dolor provocado por el Chikungunya, de ahí ya casi no hay personas que padezcan del virus, no porque se haya erradicado, si no porque ya lo padecieron, ahora lo que padecen son los remanentes de un virus que hasta hace un año era desconocido en el país.