JIBO, el primer robot familiar del mundo, ya se puede encargar

Allá por los ya lejanos años 90, un robot llamado Emilio, fabricado por la compañía italiana Giochi Prezziozi, llegó a los hogares españoles para ser una especie de mayordomo al servicio de los más pequeños de la casa. El simpático robot, que hasta llevaba una bandeja para traer la merienda, encontraba en la esclavitud su forma de vida.

Si eres uno de los afortunados que disfrutó distorsionando su voz y haciendo de la existencia del pobre Emilio un suplicio, puede que JIBO ocupe un lugar en tu corazón.

En su página web se describe al robot JIBO como amigable, útil e inteligente, hasta ahí nada que supere a Emilio; sin embargo, las cosas que puede hacer os dejará con la boca abierta.

Cynthia Breazeal, creadora del dispositivo JIBO  y profesora del MIT Media Lab, se preguntó en 1997 cómo los robots podían llegar hasta Marte pero aún no estaban en nuestras casas (salvo el desdichado Emilio). Breazeal llegó a la conclusión de que “la robótica se había ocupado de la interacción con las cosas, no con las personas“. Por esta razón creó JIBO, “el primer robot familiar del mundo”.

A primera vista JIBO no parece gran cosa con sus 28 cm de altura de aluminio y plástico, en cambio lo que sí llama la atención es la pantalla táctil de 5,7 pulgadas de 1920×1080 de resolución, la cual hara la función de cara de JIBO con la que podrá poner gestos y voces, y a su vez servirá para realizar videollamadas. Podrá reconocer las caras de los miembros de la familia y seguirlas por la habitación.

El cuerpo del robot se divide en tres partes que se pueden mover 360º gracias a dos motores, lo que le permite realizar movimientos graciosos cuando interactúa contigo. JIBO va equipado con una par de cámaras, unos altavoces estéreo y un micrófono.

Asimismo, desempeñará la función de asistente personal, ya que te recordará tus tareas pendientes, contará cuentos a los niños para que te dejen en paz, hará fotos con solo una orden de voz y las subirá a las redes sociales, aconsejarnos cuando estemos cocinando, etc. En definitiva, un partidazo.

Pero esto no queda aquí. JIBO funciona con el sistema Linux y se venderá con una serie de aplicaciones por defecto llamadas “habilidades”; a su vez incluirá un SDK que les permitirá a los desarrolladores crear nuevas “habilidades” para extender la funcionalidad del robot.

JIBO, que se encuentra todavía en fase de desarrollo, ya se puede reservar y tiene previsto salir a la venta a finales de este año, con un precio de 599 dólares.