Por: El Mundo
Adiós, Chelsea, adiós. José Mourinho vuelve a salir por segunda vez por la puerta trasera de Stamford Bridge, tres días después de la novena derrota liguera de la temporada, que deja al vigente campeón a un solo punto del descenso. En la campaña que iba a ser la de la consagración ‘blue’ como fuerza dominante, el conjunto del suroeste de Londres firmó su peor inicio de temporada en 37 años -nueve derrotas en 16 jornadas-.
Su despido, siete meses después de ganar la Premier, le hubiese costado al club de Roman Abramovich unos 55 millones de euros, el finiquito más caro de la historia del fútbol, pero el portugués habría supuestamente renunciado y se conformaría con la parte que le resta de los casi 17 millones (12,1 millones de libras) que ingresa por curso futbolístico, según la BBC.
Pasada la tempestad, muy en su estilo, Abramovich retiró personalmente su confianza en The Special One y le enseñó por segunda vez la puerta de salida del club, apenas cinco meses después de haber renovado por cuatro temporadas con un contrato de casi 17 millones de euros anuales.
Mientras Mourinho intenta llegar ahora a un acuerdo definitivo por la rescisión del contrato, las apuestas siguen abiertas sobre quién ocupará el banquillo del Chelsea el próximo sábado. El sustituto, al menos temporalmente, podría ser Guus Hiddink, que ya cubrió en 2009 el hueco dejado por Luis Felipe Scolari.
El objetivo, este año, será garantizar al menos la permanencia y llegar los más lejos posible en la Champions. Pep Guardiola, Carlo Ancelotti, Simeone y hasta Juande Ramos son algunos de los nombres que figuran en el punto de mira del oligarca ruso.
