El smoothie proviene de la tradición de tomar mezclas de fruta fresca batida, en América Latina. El boom se produjo en California en los años 60, junto a la necesidad del cuidado personal y las bebidas bajas en calorías y grasas. Hoy, gracias a las redes sociales, se han convertido en un must de los amantes de la vida healthy.
Un artículo publicado en The New York Times asegura que somos propensos a consumir más calorías y azúcares cuando bebemos un smoothie que cuando comemos las mismas frutas y vegetales enteros. Estos refrescos pueden ser la clave para perder peso pero no debes confundirlos con un batido.
En dietas de adelgazamiento lo recomendado suele ser un vaso de 200 ml, donde conviene evitar las frutas más calóricas como el plátano, uvas, higos y chirimoyas.
Los mejores ingredientes son los diuréticos, antioxidantes o digestivos como los cítricos, los frutos rojos, la piña, la sandía o la papaya. Como el agua de coco que, además de ser bajo en calorías, es un excelente hidratante, energizante y anti-aging.
