Propiedades del cereal como desayuno

El consumo habitual de cereales de desayuno mejora el aporte de hidratos de carbono, fibra, vitaminas y minerales de toda la población. Entre las características nutricionales que hacen a los cereales de desayuno una opción idónea como parte importante de la dieta, destacan:

Bajos en grasa

Los cereales de desayuno suelen ser bajos en grasa (2-4%) por lo que, dentro de una dieta equilibrada, resultan muy aconsejables para prevenir el sobrepeso y la obesidad. Las recomendaciones para niños a partir de cinco años y adultos indican que los lípidos no deben suponer más de un 35% del aporte de energía diaria. En este sentido, el consumo de cereales de desayuno aporta tan sólo el 0,11% de la grasa total de la dieta de los niños españoles en edad escolar (7-12 años).

El tipo y la calidad de la grasa de un alimento son muy importantes. En el caso de los cereales de desayuno, la pequeña cantidad de grasa presente se deriva principalmente del grano, y por ello es mayoritariamente insaturada (también conocida como saludable por el papel que ejerce en el control del colesterol y de las enfermedades cardíacas).

Facilitan un mayor consumo de calcio

Por sus características de presentación, su consumo induce de manera significativa una mayor ingesta de calcio a través de los lácteos, ya que ambos alimentos suelen consumirse combinados. Para que se produzca una buena absorción de calcio, el organismo necesita vitamina D. Ambos nutrientes están presentes en los lácteos y en algunos cereales de desayuno.

Los adultos con edades comprendidas entre 20 y 39 años tienen unas recomendaciones diarias de 800 mg de calcio y 5 μg de vitamina D. Durante los últimos años, la relación calcio/vitamina D ha sido (y aún es) inferior a la recomendada.

Constituyen una de las principales fuentes de vitaminas y minerales de la dieta

Las vitaminas y minerales son necesarios para garantizar una buena salud. Los cereales de desayuno son ricos en vitaminas y minerales contribuyendo así a cubrir las Cantidades Diarias Recomendadas de los mismos.

Por ejemplo, una ración de cereales de desayuno contiene al menos el 25% de la CDR de vitaminas del grupo B, entre ellas, el ácido fólico, particularmente importante para las mujeres antes y durante los primeros meses de embarazo. Además, aporta aproximadamente un 17% de la CDR de hierro, mineral deficitario en la población adulta femenina de nuestro país.

La contribución de los cereales de desayuno al aporte de vitamina D es significativa sobre todo en invierno, cuando no la podemos obtener en igual cantidad a partir del sol. Además, como normalmente se consumen con lácteos, los cereales en su combinación más habitual aseguran una ingesta adecuada de calcio.

Contribuyen a la ingesta de fibra.

El consumo de fibra ha demostrado importantes efectos beneficiosos para la salud. Por un lado, la fibra soluble tiene un efecto reductor sobre los niveles de colesterol, y la insoluble tiene un papel esencial en la regulación del tránsito intestinal, y además ayuda en la prevención y tratamiento de ciertas patologías intestinales.

La fibra proporciona sensación de saciedad, por lo que es excelente para calmar el apetito y para ayudar a cuidar la línea.

Los expertos en nutrición recomiendan el consumo de 30 g de fibra al día (un 75% debe ser insoluble y un 25% soluble). Según los datos obtenidos en diversos estudios, la población española no alcanza estas recomendaciones, ya que el consumo medio se sitúa en unos 18 g diarios. Esto es debido fundamentalmente a la baja ingesta de productos de origen vegetal, especialmente legumbres y cereales. Los cereales de desayuno contribuyen al aporte de fibra en la dieta, ya que es un componente presente en los cereales como materias primas, y además, en algunos casos, se añade salvado a la formulación para aumentar el aporte de fibra.

La ingesta de fibra está relacionada con una disminución de la presión arterial, un menor riesgo de padecer accidentes cardiovasculares e incluso algunos tipos de cáncer. Su consumo habitual ayuda también a regular el exceso de peso, disminuyendo la obesidad abdominal. Además, varios estudios han asociado el consumo de cereales integrales a una disminución del riesgo de padecer diabetes tipo 2.

El consumo de cereales de desayuno ricos en fibra y cereales integrales, siempre que sean bajos en grasa, se asocia a una menor ingesta de colesterol, grasas y alimentos azucarados. Muchos de sus efectos beneficiosos se han atribuido tanto a su contenido en fibra como al de otros compuestos presentes en los cereales: los fenoles, la vitamina E o los carotenoides.

Proporcionan menos azúcar que otras alternativas para el desayuno.

El azúcar debe estar presente en una dieta sana en las cantidades adecuadas, ya que nuestro cerebro necesita permanentemente energía disponible en forma de azúcar para su funcionamiento. Por ello, el azúcar permite un buen rendimiento intelectual que disminuye después de un ayuno prolongado.

El contenido en azúcar de los cereales de desayuno es bastante variable, los hay incluso que carecen de azúcares añadidos. Por lo general, una ración de cereales para el desayuno aporta una media del 5% de las CDO de azúcares. En general, suelen contribuir solamente a una pequeña parte del azúcar en la dieta. De hecho, del azúcar que consumen actualmente los niños españoles entre 7 y 12 años, sólo el 1,66% proviene de los cereales de desayuno, y en cambio aportan hasta el 25% de algunas de las vitaminas más importantes, como las vitaminas del grupo B. Una ración recomendada de cereales de desayuno (30-40 g) aporta la cantidad adecuada de azúcares (del 3 al 15% de la CDO), lo que ayuda a aumentar la energía por la mañana, a la vez que añade sabor, aroma y textura a los alimentos.