Colombia dice “no” al acuerdo de paz con las FARC

En un mundo de locuras sin fronteras, Colombia optaba este domingo por dar un salto al vacío o ser ejemplo para el planeta. Ganó la primera opción. El 50,2% decidió votar en contra del acuerdo de paz entre el Gobierno y las FARC, por el 49.7%que se decantó por el ‘sí’.

La abstención, de más del 60% y la pésima imagen de la guerrilla han sido determinantes en el resultado de la votación, que ninguna encuesta supo predecir. Evitar que continúe el conflicto armado, que ha atravesado el país durante más de 50 años y ha dejado ocho millones de víctimas, es el primer desafío.

El presidente, Juan Manuel Santos, ha asegurado que el cese bilateral del fuego seguirá vigente. Colombia se adentra, no obstante, en un limbo plagado de incertidumbre. Nadie sabe con exactitud qué va a ocurrir a partir de ahora.

La votación pone de manifiesto la enorme polarización que existe en Colombia. El expresidente Álvaro Uribe, máximo abanderado del no, el mismo que consiguió unir a casi todo el país en torno a la política de Seguridad Democrática que debilitó las FARC, volvió a recurrir al juego de palabras con el que ha conseguido profundizar la división de la sociedad: “La paz es ilusionante, los textos de La Habana son decepcionantes”, aseguró tras votar. Durante el mes de campaña del plebiscito, el exmandatario trató de hacer calar la idea de que si se rechazaban los acuerdos, estos se podrían renegociar, algo contra lo que han sido tajantes el Gobierno y las FARC.

La posibilidad de participar en política de los líderes guerrilleros y el hecho de que ninguno pagará cárcel siempre y cuando reconozca sus crímenes, ha sido la piedra angular de su campaña, a sabiendas de que la mayoría de los colombianos, incluso entre los votantes del sí, no lo ven con buenos ojos. Uribe es el triunfador político de esta jornada, si es que después de que se rechace un acuerdo de paz se puede hablar de ganadores.

Uribe sabe que el rechazo a las FARC trasciende a su persona y ha sabido sacar partido de ello. La guerrilla sigue siendo muy impopular entre los colombianos. En el último año han tratado de abrirse al mundo y mostrar una modernización de su discurso, pero la desconfianza después de 52 años de guerra sigue siendo la nota predominante.

Por: El País