Por: Remberto Domínguez
El Comité de Proturismo y Conservación de la Tortuga Marina liberó a más de 500 tortugas golfinas que año con año se realiza en la playa San Diego, La Libertad, con la participación de los alumnos del Centro Escolar de la zona, el cual pretende concientizar a los estudiantes a la conservación de esta especie en peligro de extinción en la costa salvadoreña.
El proyecto inició luego que María Antonieta Mayorga, observó como una tortuga ponía sus huevos en la arena y al asecho estaba un recolector para comercializar al instante con turistas. Fue así como un grupo de turtugueros se organizaron creando un corral para albergar a 1,200 nidales que son cuidados las 24 horas del día.
«Una vez que la tortuga ha depositado sus huevos, entre los 42 o 45 días nacen, luego se les coloca una arandela para que no se rieguen y exista la probabilidad de que se los coman los cangrejos o perros. Se guardan en un huacal y cuando esta buena la marea, los que nacen ese día se liberan de inmediato y así se trabaja con todo el vivero», explicó la directora ejecutiva del Proyecto, Antonieta Mayorga.
Uno de los primeros en apoyar este proyecto fue USAID que capacitó a los grupos de tortugueros del lugar en el tratamiento y conservación de la especie; luego se sumaron otras instituciones como FUNSEL, CURCUL, FIAES a poner su granito de arena para este proyecto. Actualmente se trabaja con la empresa privada.
Los turistas se están enfocando en vivir una experiencia en la liberación de tortugas que se hace cada año en las diferentes payas del pacifico salvadoreño. En la playa San Diego el visitante cancela entre $5.00 y $7.00 por tener una tortuga neonata en las manos y liberarlo, para que dentro de 18 años regrese a depositar sus crías donde una vez fue liberada.
Existen siete clases de tortugas, pero a la costa salvadoreña solo llegan cuatro especies: tortuga Golfina, Prieta, Carey y Baule. Comer un huevo de tortuga equivale a ingerir diez huevos de gallina india, es decir, en términos de salud no es recomendable el consumo de estos huevos.
«La liberación de tortugas marcan vidas, porque cuando los niños vienen y hacen la liberación de tortugas y la ponen a la orilla de la playa y ver como la tortuga comienza a dar la vida por tratar de llegar a la playa, ya no la volveremos a ver, ese pequeño acto que los niños hacen y que los adultos observamos nos hacen tomar conciencia de que tenemos que respetar la vida de estos animalitos», dijo Jorge Alberto Payes, presidente de la Asociación de Desarrollo Turística del Puerto de La Libertad.
Las tortugas migran en busca de comida, refugio y pareja para reproducirse. La más grande es la tortuga Baule que llega a medir 2.5 metros de largo y se puede sumergir a más de mil metros, su caparazón es de cartílago y no sale a la superficie por la docilidad de su caparazón; además, la luz artificial las desorienta.
