Continúan las protestas contra Donald Trump al grito de «No es mi presidente»

Miles de estadounidenses protestan en las calles y en las redes sociales desde el miércoles para dejar claro que no aceptan la victoria de Donald Trump y que ni es ni será su presidente.

 Las grandes ciudades del país, las universidades y los jóvenes son los protagonistas del movimiento ‘Not my president’ (No es mi presidente), un lema que nació como etiqueta en Twitter desde que se conoció el resultado electoral en la madrugada del miércoles.

A través de su página en Facebook, el movimiento ha convocado una gran protesta frente al Capitolio el día de la investidura de Donald Trump, el próximo 20 de enero

Mientras tanto, Trump ha acusado a los medios de instigar las marchas en su contra: «Acabamos de tener una elección presidencial muy transparente y exitosa. Ahora manifestantes profesionales, incitados por los medios, están protestando. ¡Muy injusto!».

El «No es mi presidente» se ha hecho oír en al menos 25 ciudades, pero especialmente en las grandes urbes y bastiones progresistas de Nueva York, Los Ángeles, Oakland, Chicago, Filadelfia, Portland, Atlanta, Boston, Seattle, San Francisco y Washington DC. En la tarde y noche del miércoles se registraron las mayores concentraciones, que en general tuvieron un tono pacífico salvo por algunos incidentes y varias decenas de detenciones.

La mayor tensión se vivió en Oakland (California), donde algunos de los cerca de 7.000 manifestantes lanzaron cócteles molotov y piedras a la policía y prendieron al menos 40 fuegos en una noche que acabó con tres agentes heridos y 30 arrestos.

En Nueva York, donde han continuado las protestas, se detuvo a 65 personas en las manifestaciones del miércoles, que discurrieron desde lugares como la plaza Union Square o Columbus Circle hasta las cercanías del edificio Trump Tower. La manifestación del jueves en Portland adquirió tonos violentos cuando encapuchados ocasionaron destrozos a vehículos y comercios.

La Policía informó del lanzamiento de «proyectiles» contra los agentes, culparon a «grupos anarquistas» y, según medios locales, utilizaron gases lacrimógenos y efectuaron numerosas detenciones. El hecho de que el magnate inmobiliario posea edificios con su nombre en numerosas ciudades del país ha dado a los manifestantes lugares claros e icónicos de protesta. El último en abrir ha sido el hotel de Trump en la Avenida Pensilvania de Washington DC, a diez minutos caminando y en la misma avenida de la que será su nueva residencia a partir de enero: la Casa Blanca.

Tomado de El Mundo Es