Por: Liset Orellana
Su concierto fue un paseo por los recuerdos, la nostalgia, la poesía y el amor. El gran cantautor de las cosas simples logró revivir su época dorada en una noche mágica acompañado únicamente por su potente voz y un piano.
Ovacionado de principio a fin, el argentino Alberto Cortez de 76 años, se sentó y se plantó en el escenario para llevar al público a una década musical de poesía, romanticismo e inocencia con canciones como «Mi árbol y yo», «Eran tres» y «Distancia».
Carismático, conversador y riéndose de sí mismo cuando olvidó en tres ocasiones la letra de sus melodías, Cortez impactó con su personalidad y talento de sobra. «Perdone, maestro, me perdí», dijo Cortez al pianista Fernando Badía, quien lo acompañó en toda la velada.
A Cortez se le perdona todo y el público -en su mayoría personas adultas mayores- se lo demostró aplaudiéndole cada vez «que se perdía». Me van a perdonar, decía el artista mientras retomaba con energía su show y hacía olvidar el impasse con melodías que fueron cantadas a pulmón por el público por más de hora y media.
Vendrían canciones como «Callejero», «Te llegará una rosa», «Camina siempre adelante», «La vida», «Cuando un amigo se va» y «No soy de aquí ni de allá», que dedicó a su amigo, el ya fallecido Facundo Cabral, con quien realizó un dueto hace algunas décadas.
«Estoy feliz de estar acá y gracias a ustedes por darme el privilegio de cantarles», expresó el compositor, cantante y poeta argentino. ¡Simplemente Cortez!
Así inicia concierto de Alberto Cortez en #ElSalvador @ElMetroDigital pic.twitter.com/CqoHztrdcH
— Blanqui Morán (@Blanca77238946) March 3, 2017