Si juntas a un pésimo árbitro que, además, tiene unas ganas increíbles de protagonismo, con un jugador al que hay que reconocer que en ocasiones se le va demasiado la cabeza, acaba pasando lo que pasó este sábado en La Rosaleda. Neymar vio la tarjeta roja en el minuto 65 tras una entrada dura, por llegar tarde, a Llorente.
La duda, que no se resoldrá hasta que no se vea el acta del partido, es si Gil Manzano le mostró la tarjeta roja directa o si, como parecería más normal, la amarilla. En ese caso sería la segunda amarilla y le supondría un partido de suspensión. Si es roja directa, ya puede ir despidiendose del Clásico ante el Real Madrid.
Mostrarle amarilla por esa acción no sería discutible. Mostrarle la roja directa, si. Y lo peor de todo es la manera cómo vio la primera tarjeta amarilla. Fue en el primer tiempo cuando se puso delante del balón cuando el Málaga iba a sacar una falta para atarse los cordones de sus botas. Una tarjeta amarilla, esa sí, más que rigurosa.
La de Málaga es la primera expulsión para Neymar en los 179 partidos oficiales que lleva jugados con el Barça. Es, también, la primera expulsión para el Barça esta temporada y el punto y final a una racha de 59 encuentros de Liga seguidos sin que ningún jugador del Barcelona fuese expulsado.
