Así afecta el calor a nuestro cerebro

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Aunque la luz afecta de forma positiva a nuestro estado de ánimo por el aumento de producción de serotonina, el calor no lo hace tanto. De hecho, las altas temperaturas no benefician a nuestro cerebro en absoluto.

El calor y las altas temperaturas aumentan en muchas personas su irritabilidad y agresividad. Y esto tiene una explicación. Nos lo cuenta la doctora Marisa Navarro, terapeuta y autora de «La Medicina emocional» y «El efecto tarta». Nuestro cerebro está diseñado para funcionar bien hasta los 35 o 40 grados máximos. Más allá, comienza a no actuar adecuadamente. Por ello, muchas personas con cuadros de ansiedad se encuentran con picos de este trastorno en los meses de verano cuando las temperaturas son máximas. Una ola de calor hará que, además de estar más cansados, aumente nuestra apatía, mal humor, irritabilidad, agresividad e impulsividad.

«Todo ello ocurre porque las neuronas no funcionan bien a tan altas temperaturas. Los climas extremos propician las conductas extremas, porque los seres humanos somos muy sensibles a los cambios climáticos», nos cuenta la doctora.

Del mismo modo que en primavera y otoño se agudiza la melancolía y los síntomas depresivos, en verano lo hace la ansiedad y los trastornos del sueño. Es más, algo que empeora aún más la situación son esas noches en vela por el calor en las que no se descansa lo suficiente, incentivando así la irritabilidad y el nerviosismo.

Por: MSN Salud