La agencia considera que la mejor forma de apreciar hasta hoy la corona era durante un eclipse solar, aunque la luz parásita o indeseable que atraviesa la atmósfera de la Tierra limita la observación.
Por eso, añade, como opción, los ‘coronógrafos’ espaciales crean eclipses artificiales dentro de los satélites de observación solar, como SOHO y Stereo, pero esa luminosidad limita el acceso a la corona interior. En tal sentido, para darle solución a ese problema, en Proba-3 el disco del coronógrafo irá a bordo del otro satélite, que volará exactamente a 150 metros de distancia, alineado con el Sol, explicó en el escrito divulgado en su sitio.
De esa manera, surgirá una nueva forma de ver las regiones dinámicas más cercanas a la superficie solar, donde nacen el viento solar y las erupciones denominadas ‘eyecciones de masa coronal’, causantes de perturbaciones meteorológicas en nuestro planeta, apunta la ESA.
La agencia europea adelantó que el lanzamiento de la misión Proba-3 está previsto para finales de 2020.