Adultos mayores validaron tradición oral de Santo Domingo de Guzmán

En el marco del proyecto “Titajtakezakan. Hablando a través del tiempo: Tradición oral y uso de tecnologías de la información y comunicación (TIC)”, adultos mayores de Santo Domingo de Guzmán validaron la tradición oral de su localidad en una reunión con técnicos de Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) de la Secretaría de Cultura.

El proyecto busca la valorización del Patrimonio Cultural Inmaterial (PCI) del municipio y responde a la necesidad de inventariar el patrimonio local con énfasis en la tradición oral contenida en su mitología, cuentos y leyendas, dijo la antropóloga Ana Mata, del Departamento de Registro de Bienes Culturales.

«El objetivo es corroborar la información que nos han dado en las entrevistas, decir si nos hace falta alguna historia que no se haya contado, cuento, leyenda o mito”, les explicó el técnico Carlos Cortez a los adultos mayores de Santo Domingo de Guzmán.

Estás personas ya habían sido entrevistados previamente en sus casas en los últimos meses.

En grupos guiados por las antropólogas Johana Marroquín y Marielba Herrera, asesora independiente del proyecto, la directora de la Cuna Náhuat, Rosario Ramírez, y Cortez, y con el apoyo de estudiantes del Complejo Educativo local, los adultos mayores hablaron nuevamente del patrimonio inmaterial de su pueblo.

“A mí, ayer, me contaron una historia de un lagarto dorado que vivía aquí en los parajes. Aquí nos pueden contar cómo era antes Santo Domingo de Guzmán, cómo eran las costumbres de aquella época, cómo les enseñaron el náhuat o a trabajar el barro. Ese tipo de cosas que son parte de la vida cotidiana”, les dijo Herrera al grupo de mujeres para entusiasmarlas.

La primera en hablar fue Francisca Pérez: “Yo tengo mis 69 años cumplidos. Mi mamá mi enseñó a trabajar el barro, a hacer comales. En el tiempo que yo crecí las calles eran empedradas y las casas de techo de paja”

En el grupo que guiaba Johanna Marroquín se habló de hierbas curativas; danzas como la del “Chiraguaco”, que aún se baila al son del pito y el tambor; fiestas patronales; historias de “niños que nacían tacuacines, que nacían ya brujos”; comida tradicional; agricultura “sin venenos, ni abonos”, y cosechas abundantes.

Otra de las participantes recordó que su mamá le contaba que “en los tiempos de antes” la costumbre era que si un muchacho se quería casar, juntaba un rollo de leña y en la noche lo iba a poner en la puerta de la casa de la joven a quien pretendía; si el rollo de leña estaba dentro de la casa al día siguiente, significaba que la propuesta había sido aceptada.

En el encuentro, muchas historias nuevas se contaron, otras se reafirmaron. El material recopilado se difundirá a través del uso de las TIC —en idioma náhuat y español—, para que los jóvenes participantes pongan en práctica los conocimientos adquiridos en los talleres. Además, se harán presentaciones a sectores de la comunidad local.

El proyecto es financiado por la Unesco a través del Fondo de la Convención para la Salvaguardia del PCI, con un monto de US$24,995.00; la Secretaría de Cultura, con US$13,200.00, y el Complejo Educativo de Santo Domingo de Guzmán, con US$220.00.