Los escándalos sexuales cercan a Trump

Agencias

Con la normalidad de alguien acostumbrado a vivir en un continuo estallido mediático, las palabras presentes y los hechos pasados comprometen cada día más la azorada agenda de Donald Trump.

Sin haberse disipado la nube de airadas críticas a su desprecio por los países que envían inmigrantes, el presidente se desayunó ayer con una noticia capaz de resucitar una agitada vida sexual pretérita que ya sacudió su campaña electoral.

Según la información, en la recta final de su pulso por la presidencia con Hillary Clinton, sus abogados pagaron 130.000 dólares a la estrella del cine porno Stephanie Clifford para que no aireara la ardiente cita que ambos habían mantenido diez años antes.

Además del impacto que habría tenido en el proceso presidencial tan turbia manera de silenciar voces comprometidas, la revelación habría sacado a la luz pública por primera vez un affaire extramatrimonial de Trump con Melania, con quien se había casado en enero de 2005.

La noticia, publicada por el periódico conservador «The Wall Street Journal», alejado del frente mediático «liberal» al que Trump atribuye continuamente «fake news» contra su persona, relata cómo su abogado de confianza, Michael Cohen, llegó a un acuerdo económico con el letrado de Clifford en octubre de 2016.

A un mes de la elección, el riesgo de que compareciese en los medios con un testimonio de adulterio del candidato republicano llevó a sus consejeros a contactar con la actriz y a impedir in extremis que una entrevista ya pactada con la cadena de televisión ABC estallara como una bomba en plena campaña.

Stephanie Clifford, una explosiva rubia de 38 años nacida en Baton Rouge (Luisiana) y conocida en el mundo de la pornografía con el sugerente nombre de Stormy Daniels, ya había relatado en privado a algunos periodistas los detalles de su aventura con Trump.

El encuentro, de varios días, se produjo en julio de 2006 en el conocido complejo hotelero de Lake Tahoe, en Nevada. Un lugar para el esparcimiento que tiene como principal reclamo su extraordinario campo de golf, el deporte preferido del controvertido magnate.

La Casa Blanca salió al paso ayer con un desmentido que incluía una carta firmada por la actriz, en la que asegura que «es absolutamente falso» que mantuviera «la relación sexual y/o romántica con Donald Trump que me atribuyen algunos medios».

A continuación, en la misiva, también tacha de «completamente falsos los rumores de que he recibido dinero». Frente a esta versión, la información del «Wall Street Journal», que cita fuentes cercanas al asunto, detalla que el pago se materializó en una cuenta corriente de Keith Davidson, abogado de Clifford, en el City National Bank en Los Ángeles. Aunque añade que ni la entidad financiera ni el letrado quisieron hacer comentarios.

El abogado de Trump también rechazó en un comunicado, aunque de manera genérica y sin referirse al desembolso económico, «las estrambóticas acusaciones de relaciones contra mi cliente, que ya se produjeron durante la pasada campaña electoral y que el propio Trump negó con vehemencia».

Michael Cohen se refería también al desmentido que emitió días antes de la elección presidencial, cuando el mismo periódico publicó que el diario sensacionalista «National Enquirer», propiedad de Trump, había abonado 150.000 dólares a la estrella playboy Karen McDougal para que no hiciera pública otra de las citas apasionadas del aspirante a la presidencia.

Según relató la modelo repetidas veces a su entorno de amistades, la relación sentimental con Trump duró diez meses, entre 2006 y 2007.