Histórico encuentro: los líderes de las dos Coreas, Kim Jong Un y Moon Jae-in, se dan la mano en la frontera

El presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder de Corea del Norte, Kim Jong Un, llegaron juntos este viernes a la zona desmilitarizada en la frontera entre sus dos naciones para una histórica reunión, la primera cumbre entre ambos países en más de una década.

«Estoy feliz de conocerlo», dijo el surcoreano Moon al recibir a su homólogo Kim, quien este viernes se convirtió en el primer gobernante de su país en pisar territorio surcoreano desde la guerra que los enfrentó entre 1950 y 1953.

Moon y Kim se dieron la mano de un lado de la línea de demarcación militar que divide la península y después cruzaron hacia el otro, poniendo así sus pies en ambos lados de la frontera.

Los dos líderes sonrieron, se saludaron y posaron para las cámaras. Moon le dijo a Kim: «has venido al Sur, me pregunto cuándo podré ir yo al Norte», a lo que éste le respondió: «quizás ahora es un buen momento para que vengas», seguido de un gesto a Moon para que cruzaran a Corea del Norte. Y lo hicieron brevemente (por 10 segundos), algo que no estaba previsto en el protocolo pautado para el encuentro. Los dos líderes dieron pocos pasos y luego regresaron al Sur, tomados de la mano

La reunión de este viernes ha estado precedida de gestos de buena voluntad de parte y parte. El viernes pasado, ambos países instalaron una línea de comunicación telefónica directa entre los despachos de gobierno de Seúl y Pyongyang.

Un día después, Corea del Norte anunció la suspensión de las pruebas de armas nucleares y de lanzamiento de misiles balísticos. Este lunes, Corea del Sur apagó los altavoces instalados en la frontera desde los que emitía propaganda destinada a que soldados norcoreanos desertaran.

Las tensiones entre las dos Coreas vienen desde los años 50, cuando el norte y el sur de la Península se enfrentaron en un conflicto armado, que se generó a raíz de la división de facto que sufrió el territorio tras la Segunda Guerra Mundial y que quedó ratificada con el enfrentamiento que protagonizaron.

Corea del Norte, con un régimen comunista de corte totalitario, y Corea del Sur, actualmente bajo un gobierno democrático, técnicamente siguen en guerra porque las hostilidades entre ambas terminaron en un armisticio y no en un tratado de paz. Por ello, hay quienes tienen esperanza en que este nuevo acercamiento pueda resolver ese punto.

Las escenas de ambos mandatarios bromeando y caminando juntos marcaron un notable contraste con las tensiones que durante 2017 desataron en la Península las pruebas nuclares y de misiles de Corea del Norte y que despertaron el temor a un nuevo conflicto.

Tras las salutaciones e intercambios de cortesías, ambos fueron escoltados por los guardias hasta Panmunjom para comenzar la cumbre centrada en el programa nuclear de Pyongyang.

Lo que se sabe de la reunión

Desde la agencia Reuters detallan que minutos antes de que Kim ingresara a la Casa de la Paz, sitio del mitín oficial, un equipo de seguridad de Corea del Norte realizó un barrido de explosivos y dispositivos de escucha y roció algo que parecía desinfectante en las sillas y en el libro de visitas.

Antes de comenzar con la cumbre, Kim firmó el libro de visita: «Una nueva historia comienza ahora», escribió el líder norcoreano.

«Hoy estamos en una línea de salida, donde se está escribiendo una nueva historia de paz, prosperidad y relaciones intercoreanas», dijo Kim antes de que los dos líderes coreanos y sus principales asesores comenzaran las conversaciones.

Tras más de una hora de reunión a puertas cerradas entre Moon y Kim, ambos líderes volvieron a sus respectivos países para el almuerzo.

En esa pausa, el secretario de comunicación de la presidencia surcoreana, Yoon Young chan, ofreció una breve explicación a los periodistas sobre lo que se había discutido hasta esa hora en la cumbre.

  • «Los dos dirigentes mantuvieron un diálogo sincero y franco sobre la desnuclearización y el establecimiento de una paz permanente en la península coreana y el desarrollo de las relaciones intercoreanas».
  • De acuerdo con Yoon, Kim invitó a Moon a visitar Corea del Norte, y le prometió que recibirá la misma bienvenida que él ha tenido en el sur.
  • Kim Jong Un ofrece visitar la mansión presidencial surcoreana, llamada la ‘Casa Azul’.
  • Además, el líder norcoreano aseguró que ese paso había “tomado más de 10 años”, y expresó que deberían reunirse más a menudo a partir de ahora.
  • “No regresemos al punto de partida. Vamos a crear un mundo mejor. Yo haré lo mejor que pueda”, le dijo Kim a Moon, de acuerdo con la versión del portavoz surcoreano.
  • Kim Jong Un le dijo a Moon que “ya no interrumpirá su sueño”, refiriéndose a las pruebas de misiles.
  • El presidente Moon aseguró a Kim que su hermana, Kim Yo Jong, se había convertido en una «celebridad» en el Sur, ante lo que Kim se habría sonrojado, de acuerdo con el portavoz presidencial.
  • Está previsto que Kim y Moon cenen juntos con lo que pondrán fin a la histórica cumbre.
  • Las esposas de los dos gobernantes participarán en el banquete organizado al final de la cumbre.
  • Plantando la paz

Al terminar la pausa del almuerzo, ambos líderes participaron en una simbólica ceremonia para plantar un árbol en el marco de la histórica cumbre.

Los dos abonaron y regaron un pino (considerado una suerte de árbol nacional en los dos países) y desvelaron una placa conmemorativa en la que se han grabado las firmas de los dos mandatarios y en la que se lee: «Estamos plantando paz y prosperidad».

«Espero que como este árbol, nuestra relación se mantenga siempre verde, incluso en invierno», dijo el líder norcoreano tras concluir la ceremonia.

El pino germinó en 1953, año en el que se firmó el alto el fuego entre los dos países, las palas empleadas se han hecho con madera de un árbol típico del Norte y con acero sureño y la tierra para abonar el árbol procede de los volcanes Halla y Paektu, los picos más altos y venerados a cada lado de la frontera.

El árbol se plantó junto a un camino que en su día utilizó el fundador del grupo Hyundai, Chung Ju-yong (norcoreano de nacimiento), para visitar hace veinte años su pueblo natal y donar un millar de reses a Corea del Norte cuando el país trataba de superar la durísima hambruna de los noventa.

Los deseos de la Casa Blanca

Esta cumbre es la primera en una década. Las dos últimas reuniones entre los líderes de Corea del Norte y del Sur, en Pyongyang en 2000 y 2007, no lograron detener los programas de armas del Norte o mejorar las relaciones de manera duradera.

Hay quienes veían las tensiones en la Península durante 2017 como malos presagios para las relaciones entre los dos países, mucho más cuando Donald Trump entró en escena con presión y mensajes belicistas para Corea del Norte. Sin embargo, en esta reunión parecen asomar buenas intenciones de ambas partes.

En simultáneo a la cumbre, la Casa Blanca emitió un comunicado sobre la denominada ‘Cumbre Intercoreana’ deseándo «un futuro de paz» para la Península.

«Con motivo de la reunión histórica (…) le deseamos lo mejor al pueblo coreano. Esperamos que las conversaciones logren un progreso hacia un futuro de paz y prosperidad para toda la Península de Corea», indica el mensaje.

La Casa Blanca también dijo que espera continuar las conversaciones con Corea del Sur en preparación para la reunión prevista de Trump y Kim en las próximas semanas.

«Estados Unidos aprecian la estrecha coordinación con nuestro aliado, la República de Corea, y espera poder continuar debates sólidos en preparación para la reunión prevista entre el presidente Donald J. Trump y Kim Jong Un en las próximas semanas», añade la secretaria de Prensa de la Casa Blanca, Sarah Huckabee Sanders.

También China, aliado político de Pyongyang, celebró la cumbre coreana. «Aplaudimos el histórico paso de los líderes coreanos y apreciamos su coraje y decisiones políticas», dijo en una conferencia de prensa Hua Chunying, portavoz del Ministerio de Exteriores.
Tomado de CNN