EE UU se retira del Consejo de Derechos Humanos de la ONU

Agencias

Estados Unidos anunció este martes su salida del Consejo de Derechos Humanos de la ONU, un órgano internacional al que el Gobierno del presidente Donald Trump ha criticado duramente por lo que considera un sesgo en lo relativo a Israel y de servir de plataforma a países como China, Venezuela y Cuba.

«Estados Unidos se retira oficialmente del Consejo de Derechos Humanos de la ONU», dijo en una declaración ante la prensa la embajadora estadounidense ante la ONU, Nikki Haley, que no aceptó preguntas. Haley, que ya amenazó el año pasado con retirar a Estados Unidos de ese Consejo con sede en Ginebra, explicó que durante los últimos meses ha tratado de resolver «de buena fe» los problemas de ese organismo de la ONU reuniéndose con representantes de más de 125 Estados miembros.

Durante su discurso, la embajadora criticó duramente que dentro del Consejo haya países como China, Venezuela, Cuba o la República Democrática del Congo, naciones que, según ella, «no respetan» los derechos humanos. Por este motivo y por el «prejuicio crónico» del Consejo contra Israel, de acuerdo con palabras de Haley, este órgano «no es digno de su nombre».

Un órgano «hipócrita» Por su parte, el secretario de Estado de EE UU, Mike Pompeo, también presente en esta declaración, aplaudió la figura de Haley como embajadora frente a la ONU y tildó al Consejo de ser un órgano «hipócrita». «No dudamos de que su creación fue con buena fe, pero tenemos que ser honestos: El Consejo de Derechos Humanos de la ONU es un pobre defensor de los derechos humanos», apuntó. La retirada de Washington de este organismo es el último rechazo de EE UU a los compromisos multilaterales después de que en los últimos meses haya abandonado el acuerdo climático de París y el acuerdo nuclear con Irán.

Sin embargo, Pompeo aseguró que el Ejecutivo de Trump «no tiene oposición a trabajar con instituciones multilaterales», aunque dijo que «no será cómplice» del Consejo de Derechos Humanos. «Estados Unidos lidera el mundo en asistencia humanitaria; no tomará lecciones de hipócritas», añadió Pompeo.

Este anuncio llegó un día después de que la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos denunciara la separación de cientos de niños inmigrantes de sus padres en la frontera sur de EE UU en los últimos meses. Los activistas de derechos humanos temen que una retirada de EE UU afecte a los fondos del Consejo, dado que Washington hace aportaciones para que sus mecanismos de investigación y supervisión en el mundo puedan operar.

Las reacciones no se hicieron esperar y el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad al Hussein, calificó la decisión de «decepcionante, aunque no realmente sorprendente». «Dado el estado de los derechos humanos en el mundo actual, Estados Unidos debería estar dando un paso al frente, no un paso atrás», dijo en un mensaje publicado en Twitter por su oficina. Por su parte, el secretario general de la ONU, António Guterres, «hubiera preferido que Estados Unidos permaneciera el Consejo de Derechos Humanos», subrayó su portavoz, Stéphane Dujarric.

El Gobierno israelí, sin embargo, dio la bienvenida a la decisión de Washington y defendió que el Consejo es «enemigo de quienes realmente se preocupan por los derechos humanos».

«Estados Unidos ha demostrado, una vez más, su compromiso con la verdad y la justicia y su negativa a permitir que el odio ciego contra Israel en instituciones internacionales continúe sin contestación», remarcó en un comunicado el embajador israelí ante la ONU, Danny Danon. Por su parte, la organización Human Rights Watch (HRW) lamentó la retirada de Estados Unidos del Consejo y destacó que supone dar la espalda a las víctimas de abusos en todo el mundo.

«El presidente Trump ha decidido que ‘Estados Unidos primero’ significa ignorar en las Naciones Unidas el sufrimiento de civiles en Siria y de minorías étnicas en Birmania», dijo en un comunicado el director ejecutivo de HRW, Kenneth Roth.