Fotos | Romántico reencuentro con Álvaro Torres

Fotos El Metropolitano Digital

Por Liset Orellana

Empezaré esta crónica con una frase que el maestro Álvaro Torres dijo en su concierto de anoche: «El artista nacional debe dejar de copiar lo de afuera, no esperemos otros 43 años más para que surja otro Álvaro Torres, los músicos deben trabajar con esfuerzo, dedicación y responsabilidad».

Pensé que este hombre ha esperado más de cuatro décadas para hacer un concierto en el Anfiteatro del CIFCO -que hoy lleva su nombre- y lamenté realmente que una cuarta parte del anfiteatro estuviera vacío en un show donde se presentaría el único salvadoreño integrante del Salón de la Fama de compositores latinos.

Tiene una talento indiscutible, un profesionalismo a la altura de cualquier artista internacional y los que sí llenaron la otra parte del Anfiteatro no solo disfrutaron de un espectáculo bien montado, sino que se fueron con la misión de apoyar al artista nacional.

Me tomó unos minutos distinguir que el escenario simulaba la Plaza Cívica: Catedral Metropolitana, una banca y faroles; en medio, los elegantes músicos de la Orquesta Sinfónica Juvenil y la banda del maestro Torres.

Nunca escuché sus canciones en casete o CD, pero doy fe que sonó igual o mejor que los videos que vemos de Álvaro Torres en Youtube. Él no es artista de mi época pero por alguna razón me gustan y me puedo sus canciones más clásicas.

Vestido con un saco blanco que resplandecía por momentos con el juego de luces apareció el maestro, el compositor, el usuluteco, el último romántico…Álvaro Torres. Me emocioné al igual que el resto de salvadoreños que llegaron al concierto y me conmocionó el recibimiento del público.

Él lo sabía, debía tener un contacto directo con su patria querida y no hubo barreras para que sus fanáticos se acercaran al escenario para tomarle fotos, hacerse selfies o elevar la mano para que se las tocase.

Cantamos a todo pulmón los éxitos del maestro: El último romántico, Yo te seguiré queriendo, Si estuvieras conmigo, Chiquita mía, Te va a doler, Nada se compara contigo, Reencuentro, de Punta a punta y más.

Había prometido sorpresas y lo cumplió. En su concierto -que le costó más de 40 años tener- le cedió espacio a artistas salvadoreños emergentes. Kime cantó junto al maestro su sencillo Bendita Tierra y luego Hazme Olvidarla. (Debo confesar que se me hizo un nudo en la garganta al escuchar la interpretación de Kime).

La cantante salvadoreña Luzma Andrade brilló al cantar a dúo con el artista la canción que interpretaría con Selena titulada Buenos amigos. Y por último, el escenario fue para el joven pianista Andrés Angel con una interpretación de El carbonero.

Y sin anuncios, pisó el escenario Francisco Céspedes. El cubano que se lució cantando sus éxitos Vida loca, Señora y anhelé que cantara Remolino pero obviamente el escenario era del salvadoreño.

Casi para despedirse interpretó su más reciente sencillo La más bella canción de amor, con la que promete regresar con más fuerza sin dejar de lado su parte bohemia y romántica.

El final vendría con Reencuentro, ese momento íntimo con su patria querida, donde todos se desgarran cantando el coro, se aplaude, se solloza y se siente una nostalgia por este terruño querido.

¡Grande Álvaro Torres!