Papa a monseñor Kalenga: “te dejamos ir a las manos de Dios”

Ciudad del Vaticano (AICA): “Quizás nuestro hermano León nos diga y le diga a su pueblo, a su pueblo de la Argentina, de El Salvador, de tantas partes donde estuvo: “Ahora los encomiendo a Dios”, dijo el papa Francisco, durante la misa exequial de monseñor León Kalenga Badikebele, nuncio apostólico en la Argentina, celebrada esta mañana, en el altar de la cátedra de la basílica de San Pedro. En la ceremonia han tomado parte los representantes pontificios que toman parte en la reunión convocada por el papa Francisco del 12 al 15 de junio. 

“Quizás nuestro hermano León nos diga y le diga a su pueblo, a su pueblo de la Argentina, de El Salvador, de tantas partes donde estuvo: “Ahora los encomiendo a Dios”, dijo el papa Francisco, durante la misa exequial de monseñor León Kalenga Badikebele, nuncio apostólico en la Argentina, celebrada esta mañana, en el altar de la cátedra de la basílica de San Pedro. En la ceremonia han tomado parte los representantes pontificios que toman parte en la reunión convocada por el papa Francisco del 12 al 15 de junio.

En su homilía, el pontífice reflexionó sobre “el decir adiós al hermano” que es como decir “te dejamos ir hacia Dios, ir a las manos de Dios”, “que son las manos más hermosas, plagadas de amor”.

El Papa se refirió a monseñor con la figura del Pastor y recordó al apóstol Pablo, en Mileto cuando frente a los ancianos de Éfeso se despide con lágrimas y cómo la comunidad antes de que suba al barco, le da muestras de afecto. Por eso subraya: “El pastor se despide y muestra que su vida es una vida de obediencia a Dios: “Por eso me veo obligado por el Espíritu a ir a otra parte”.

Francisco recordó la despedida de Jesús, “que es una despedida con esperanza: Voy a prepararles un lugar”. Y añade: “Voy a prepararles un lugar”: es decir, voy adonde quiero que vayan todos ustedes, en ese momento. “Voy a preparar un lugar para ustedes”.

“A mí me gusta decir que la vida nos enseña a despedirnos, aprender a despedirnos. Veamos cómo se despiden los pastores, como Jesús, como Pablo, como tantos, como León, también nosotros aprendamos a dar los pasos para despedirnos, -pequeñas despedidas, de cambio de misión, y de la gran despedida al final-. Que el Señor nos conceda a todos esta gracia: aprender a despedirnos, que es una gracia del Señor”, concluyó en su homilía el Papa.