Kevin Monzón, el tiktoker que enloquece al régimen de Daniel Ortega

Para la abogada Yonarqui Martínez solo hay una razón para que el joven Kevin Monzón haya sido detenido otra vez por la Policía de Nicaragua: “Es un tiktoker que protesta contra el régimen”, dice. Un dolor de muela para el gobierno y sus simpatizantes. Monzón, de 20 años, fue liberado este martes después de ser apresado el pasado 16 de diciembre. Se le mantuvo durante siete días en las celdas de la Estación Cinco de la Policía de Mangua sin cargo oficial alguno en su contra.

Se define a sí mismo como “activista digital y resistencia” y ha tomado notoriedad en Nicaragua por los videos que difunde, principalmente a través de la red social Tik Tok, a veces irreverente, a veces reflexivo, pero siempre contra Daniel Ortega, Rosario Murillo y los simpatizantes de su régimen, a los que despectivamente llama “sapos”.

Identificado como @chulitonicaragua1, el joven alcanza los 38.500 seguidores en su cuenta de Tik Tok.

Hasta abril de 2018, cuando se inició la mayor rebelión ciudadana que Nicaragua haya conocido, Kevin Monzón era un miembro de la Juventud Sandinista, la organización juvenil que apoya al régimen de los Ortega Murillo, y se ganaba la vida como vendedor en una tienda del mercado Oriental de Managua. Como muchos jóvenes sandinistas fue llamado a combatir la rebelión, pero Monzón hizo todo lo contrario: apoyó las protestas y desde entonces ha sido una voz incómoda para el gobierno de Ortega.PlayAlgunos de los videos de Kevin Monzón, tik en tok

@chulitonicaragua1

Libertad para todos los presos Políticos, #navidadenlibertad respeten los derechos humanos 🇳🇮😥

♬ sonido original – Chulito ❤

“Kevin Monzón Mora es un joven de 20 años, habitante del barrio Jorge Dimitrov (Managua), que desde abril de 2018 ha estado protestando en las redes sociales de manera activa contra el gobierno de Nicaragua, tan así que tiene más de 30 mil seguidores en una de las plataformas. Es muy seguido por la juventud”, explica Yonarqui Martínez, la abogada que lo defiende desde su segunda detención.

Con la de ahora, es la tercera ocasión en que este joven tiktoker es detenido la por la Policía. La primera vez fue el 1 de agosto de 2019, y permaneció cinco días en las celdas sin cargo alguno. “No dan explicación de por qué lo detienen, y sabemos que es por sus videos, porque una vez en la celda los policías le dicen que deje de hacer lo que está haciendo”, señala la abogada.

En la segunda ocasión sí fue procesado. Sucedió justo un año después de su primera detención. El 14 de julio de este año al salir de una actividad en la Universidad Centroamericana (UCA) un taxista simpatizante del régimen de Ortega, lo persiguió, amenazándolo e intentando golpearlo con su vehículo, según denunció ese mismo día en redes sociales.

La sorpresa fue 15 días después, cuando fue apresado porque el mismo taxista lo denunció por amenazas con arma de fuego. Estuvo seis días detenido en celdas y luego a pasó a un régimen de detención domiciliar durante cuatro meses, obligado a reportarse semanalmente mientras durara el juicio.infobae-image

El pasado 18 de noviembre, el juez Sexto Local Penal lo declaró “no culpable” de los cargos que se le imputaban y quedó en libertad. “Por fin pude agarrar un poco de aire después de cuatro meses que me obligaron a permanecer en mi casa y firmando cada jueves,” celebró el joven en Twitter.

Los videos del tiktoker nicaragüense siguieron azotando a la dictadura. Se burla de la pareja presidencial y de sus seguidores”, sin temor a las represalias. “Mis videos en realidad han sido duros en contra de los sapos (sandinistas)”, dijo Monzón al diario La Prensa en uno de sus días en libertad.

Kevin Monzón no pertenece a ninguna organización opositora y, al contrario, con frecuencia las fustiga. “De qué sirven esos bandos si dejan al pueblo al sol y la viento”, ha dicho. Sin embargo, estos últimos días se integró por iniciativa propia a la campaña “Navidad sin presos políticos” que promovieron distintas organizaciones.

“Esta tercera detención se dio el 16 de diciembre, en las inmediaciones del Centro Comercial Managua, cuando fue interceptado por detectives del Distrito Cinco. Como no regresó ese día, sus familiares comenzaron a buscarlo y no sabían dónde estaba hasta que él logro enviar una carta diciendo que estaba detenido dentro del Distrito Cinco”, explica Martínez.

Una vez libre, Monzón explicó que fue golpeado por los agentes de policía al momento de su detención.

La abogada interpuso un recurso de exhibición personal a las 48 horas de la detención, que es el plazo que la ley nicaragüense estipula para que la Policía presente al detenido ante el juez o lo libere si no tiene cargos en su contra. “Kevin estaba en detención ilegal porque hay un mandamiento del Tribunal de Apelaciones que da trámite al recurso que interpuse, pero la Policía no hace caso al mandato judicial y decidió mantenerlo detenido”.Minutos después de su tercera liberación, la tarde de este martes. A la izquierda, su abogada Yonarqui Martínez y a la derecha, su madre, María Isabel Mora. (Foto cortesía)

Minutos después de su tercera liberación, la tarde de este martes. A la izquierda, su abogada Yonarqui Martínez y a la derecha, su madre, María Isabel Mora. (Foto cortesía)

“Si hubiese cargos contra él lo hubieran procesado de nuevo, pero a su familia lo único que le explicaban es que estaba preso por terrorista, vandálico, golpista, azul y blanco, y todos esos nombres con que el régimen llama a los opositores”, señala la abogada.

La tarde de este martes la Policía decidió liberarlo sin dar explicaciones de por qué estuvo detenido.

Monzón quiere ser periodista. Por la pobreza, estudió hasta primer año de secundaria. Por opositor perdió el trabajo que tenía en el mercado Oriental. Vive asediado. Para evitar que participe en actividades de protesta, la Policía coloca patrullas en su casa, con las sirenas encendidas, pero él las burla saliendo escondido y durmiendo fuera de su casa. Frecuentemente recibe amenazas de muerte, a través de las redes sociales y de parte de vecinos afines al régimen de Ortega.

“Cuando salgo me comienzan a ofender algunos sapos de mi barrio. Me han dicho que me van a quemar la casa, pero yo aquí los espero”, relató a La Prensa. “Si el precio de la libertad es mi vida, yo lo voy a pagar”.