Los costarricenses votan en medio de la apatía y la incertidumbre

Foto de @TransparenciaAL

 Natalia Olivares | RFI

No hay favorito para ganar las presidenciales entre el ex presidente José María Figueres y el ex ministro de economía Rodrigo Chaves. Es muy probable que el candidato elegido no alcance una mayoría parlamentaria, pues se espera una victoria por un estrecho margen. Inclusive no se descarta que no se conozca esta noche el nombre del vencedor.

Votar este domingo es difícil para los costarricenses, pues el duelo es entre el ex presidente José María Figueres, acusado de haber recibido 900.000 dólares de la empresa francesa Alcatel a cambio de contratos públicos, y el ex ministro de economía Rodrigo Chaves, quien renunció a su cargo en el Banco Mundial por acusaciones de acoso sexual,

Los electores, por su parte, no se muestran muy entusiasmados. Estefany, residente en uno de los barrios más pobres de la capital, asegura que no votará.

«En Costa Rica los presidentes, sea cual sea, se presentan bien al principio de su mandato y luego se olvidan de los pobres. Siempre le dan ayudas al sector del turismo, pero no a nosotros los pobres, que no tenemos ni agua ni rutas», sostiene.

Votar vestida de luto

Ana Isabel Chacón, una periodista costarricense acostumbrada a cubrir las elecciones, constata el creciente desinterés de los electores, sobre todo los jóvenes.

«En el pasado, los jóvenes venían a hacer ruido por su partido político a esta rotonda en las afueras de San José. Era una fiesta electoral, los vehículos tocaban la bocina, no había por donde circular. Hoy, en cambio, está casi vacía. Mire: solo hay un puñado de militantes. Esto es inédito y demuestra que esta cita electoral es una tristeza», dijo a los micrófonos de RFI.

Para ella, esto también es la prueba de que «existe una real desilusión del electorado en un país de alta tradición electoral y trayectoria democrática». La tristeza ante esta falta de alternativa política es tal, que ella ha decidido ir a votar vestida de luto.

Según las últimas encuentras, el 18 % de los electores están indecisos. Esta situación también preocupa a otros ciudadanos, entre otros, a una mujer que entrevistamos en la periferia de la capital.

«El hecho de que la gente no vaya a votar es un peligro que puede hundir a Costa Rica, como se ha visto en países limítrofes, como en Nicaragua», dice.

La apatía también es palpable en la voz de Elio Azofeifa, taxista de 70 años residente en Quepos, ciudad balnearia de la costa pacífica donde el turismo sufrió una ola de bancarrotas a raíz de la crisis sanitaria. Este hombre también vende abarrotes para superar la crisis y no sabe aún por quien votar, ha cambiado dos veces de opinión.

«Si voy a votar, lo haré por Chaves, pues José María Figueres ya comprobó que era capaz de robarle al pueblo. En cambio, el candidato conservador, ex miembro del Banco Mundial, podría cumplir con sus promesas. Al menos existe esa esperanza», concluye.

El pueblo no está acostumbrado a que lo acosen

En las calles de San José, nos cruzamos con Susana, quien enarbola una bandera blanca y verde, que son los colores del centrista José María Figueres.

«Entre un ladrón y un acosador, creo que es mejor votar por el ladrón, pues el pueblo está acostumbrado a que le roben, no a que lo acosen».

Costa Rica, clasificado como «el país más feliz de América Latina» en el último informe mundial de felicidad del World Happiness Report, realiza esta segunda vuelta en medio de grandes inquietudes económicas. Su deuda exterior alcanza 70 % del PIB y la pobreza ha llegado a un 23%, cifra inédita en ese país.

El país, conocido también como «la Suiza de Centroamérica» por su economía prospera, atraviesa una grave crisis ecológica y económica, agravada por la pandemia. El desempleo alcanza niveles récords. De hecho, son los peores índices del continente junto a los de Perú.

La deuda externa, la pobreza y el desempleo serán algunos de los temas urgentes que tendrá que enfrentar el próximo presidente.