El papa Francisco celebra su gran misa en Canadá tras un histórico pedido de perdón

Foto de El Vaticano

El papa Francisco celebra el martes una misa en un estadio de Edmonton, en el oeste de Canadá, un día después de pedir perdón por el «mal» causado a los pueblos indígenas del país.

Se espera que la misa comience pasadas las 10 de la mañana en el Commonwealth Stadium de Edmonton, Alberta, donde el sumo pontífice pronunciará la homilía en español.

Durante su primer discurso el lunes, Francisco, de 85 años, pidió perdón por las décadas de abusos cometidos en escuelas residenciales para niños indígenas gestionadas por la Iglesia católica en Canadá.

«Pido perdón por la forma en la que muchos miembros de la Iglesia y de las comunidades religiosas cooperaron, también por medio de la indiferencia, en esos proyectos de destrucción cultural y asimilación forzada», dijo.

Este martes, en la continuación de un viaje que él mismo calificó de de «peregrinación penitencial», saludará a los feligreses a bordo de su papamóvil, pese a los dolores en la rodilla que lo obligan a usar bastón o silla de ruedas y limitar sus movimientos.

Según los organizadores, se espera la asistencia de 63.000 personas a la misa, bajo un importante dispositivo de seguridad.

El líder espiritual de los cerca de 1.300 millones de católicos del mundo viajará luego al lago Saint Anne (23H00 GMT), ubicado unos 80 kilómetros al oeste de Edmonton, uno de los principales lugares de peregrinación de América del Norte.

Cada año desde fines del siglo XIX, miles de peregrinos acuden para bañarse y rezar en las aguas de este lago que según los nativos tiene propiedades curativas.

El 26 de julio es la fiesta de Santa Ana, madre de la Virgen María y abuela de Jesús en la tradición católica, una figura importante para muchas comunidades aborígenes canadienses.

El miércoles visitará la ciudad de Quebec antes de la última etapa del viaje, el viernes en Iqaluit (Nunavut), ciudad del norte canadiense en el archipiélago ártico.

Pedido de perdón

El papa pidió perdón el lunes ante una multitud de los pueblos originarios Primeras Naciones, Metis e Inuit, en Maskwacis, al sur de Edmonton, localidad que que acogió la escuela residencial Ermineskin desde 1895 hasta 1975.

Podía palparse la emoción entre los presentes, muchos con trajes tradicionales, junto con el primer ministro canadiense, Justin Trudeau, y Mary Simon, la primera gobernadora general indígena del país.

Varios consejeros estaban instalados en el lugar para dar apoyo emocional. Poco antes voluntarios repartieron pequeñas bolsas de papel para «recoger las lágrimas».

Muchos bajaron los ojos, se secaron las lágrimas o se apoyaron y se abrazaron con quienes estaban a su lado. Los líderes indígenas obsequiaron y colocaron al papa un tocado tradicional de plumas.

Desde finales del siglo XIX hasta la década de 1990, el gobierno de Canadá envió a unos 150.000 niños a 139 internados gestionados por la Iglesia, donde se los separó de sus familias, su lengua y su cultura.

Muchos padecieron abusos físicos y sexuales por parte de directores y profesores, y se cree que miles murieron de enfermedades, desnutrición o abandono.

Desde mayo de 2021, se descubrieron más de 1.300 tumbas sin identificar en los emplazamientos de antiguas escuelas.