¡Romero, beato!

Foto cortesía de Casa Presidencial

Por: Samuel Gutiérrez

“En virtud del poder apostólico, faculto, que de ahora en adelante a Monseñor Romero se le llame beato”, fueron las palabras con las que el Papa Francisco a través de una carta nombro oficialmente a Monseñor Oscar Arnulfo Romero como el primer beato de Centroamérica.

La ceremonia de beatificación fue precedida por el Cardenal Angelo Amato, enviado del Vaticano para realizar la eucaristía, quien envió un mensaje de unidad tras la beatificación.

“Romero no es sinónimo de división, sino de paz y fraternidad. Romero era un sacerdote bueno, pero sobre todo era virtuoso”, señalo Amato durante la eucaristía, que se realizó en la plaza Salvador del Mundo.

Vicenzo Paglia, postulador de la causa para la beatificación de Romero, leyó una breve biografía del ahora beato y destacó que “los últimos tres años de la vida de Romero fueron el culmen de su vida” y comparó su martirio con el de Cristo. “Monseñor fue desgarrado por un proyectil, como Jesús fue desgarrado en la cruz”, precisó.

Previo a la ceremonia se realizaron canticos y se presentaron parte de las homilías que Romero oficio. Durante la ceremonia se presentó la camisa ensangrentada que usaba Romero el día que fue asesinado, como una de las reliquias; y como ofrenda, el pan y vino en señal de la última misa que no termino de oficiar.

En el acto que inició a las 10 de la mañana, estuvieron presentes delegaciones de los cinco continentes y de los 14 departamentos de El Salvador.

“Esto es una bendición para el país, yo realmente no tengo palabras para expresar la felicidad que sentimos como católicos”, expresó Lili Portillo, una de las miles de feligreses que presenciaron la ceremonia.