El cumpleaños 145 y su deseo digital de la Biblioteca Nacional

Interior de la Biblioteca Nacional de El Salvador

Por: Oscar Delaney

En la “Biblioteca de Babel”, un cuento de ficción del escritor argentino Jorge Luis Borges, se especula un mundo con todos los libros posibles, los libros están ordenados   y preexisten al ser humano. Y concluye: “Yo afirmo que la biblioteca es indeterminable”. Pero en el país, la Biblioteca Nacional no parece tener un infinito de posibilidades para su tecnificación y para la digitalización de los archivos.

El sistema de bibliotecas nacionales en El Salvador es de carácter Estatal, significa que el Estado asigna un presupuesto para la funcionalidad del centro público de conocimiento. Otra parte proviene gracias a la cooperación internacional.

La Biblioteca Nacional, que en realidad se llama Francisco Gavidia, cumplió 145 años el pasado 5 de junio. Fue fundada durante la administración del presidente José Dueñas Díaz, un político del partido ultra conservador que deseaba replicar los avances que se desarrollaban en la Europa de principios del siglo XIX.

 

Hay una réplica autorizada de los Acuerdos de Paz que es exhibida en la Biblioteca Nacional

Desde su fundación ha padecido de inumerables desafíos. Desde terremotos , pasando por el desinterés de autoridades , hasta el deterioro de sus instalaciones y más recientemente la erupción de ventas informales .

La entrada del edificio de la Biblioteca se encuentra, en el sentido más literal de la palabra, sitiada por vendedores de cd piratas y otras “cachadas”. Los decibeles de los alto parlantes que expulsan reggeaton y bachata hacen sacudir los vitrales del portal del edificio.

Adentro de las instalaciones, el caos del exterior parece un mal recuerdo de una novela negra. El salón principal, en la primera planta, es limpio y espacioso. No hay ruido más que el que hacen los libros al abrirse y cerrarse. Es casi imposible recorrer los estantes repletos de libros en una mirada.

Hay una especie de “mito” que envuelve a las bibliotecas públicas o nacionales. En el caso de las primeras tiene el cometido de difundir y desarollar el gusto por la lectura. Mientras que las nacionales su función es conservar y preservar el patrimonio cultural del país.

“La gente confunde las funciones de las bibliotecas, en el caso de las bibliotecas nacionales el objetivo primordial es mantener y proteger textos, libros y otros materiales culturales de gran riqueza”, sostuvo Marta Martínez, bibliotecaria de la sección de Reserva.

La cantidad de personas que acuden a la Biblioteca es una variable. Según Ana Marta Ramírez, Subdirectora Técnica de ese gran archivo nacional, las cifras oscilan entre 1,500 a 2,000 personas por mes.

“Se cuenta con un registro, al entrar a usted se le da una hoja que es un formulario para que lo llene y nos sirve para realizar un conteo (de visitantes)”.

La visión del Director de la Biblioteca Nacional y escritor, Manlio Argueta, es que en una época de digitalización como la actual ha propiciado que el lugar no sea visitado como antes desde el año 2000. Para el director ha influido al menos tres factores:

“Primero, no había tanta violencia en el centro, tampoco habían los cibercafes y a las universidades todavía no se les exigía para certificarlas (ISO 9001) que tuvieran una biblioteca, ni las escuelas tenían”.

Si bien es cierto, muchos archivos se estan digitalizando, ya que de otra forma ese material se perdería. Hay publicaciones que datan desde el año 1600, 1700, e inclusive dos réplicas autorizadas -únicas- del documento de la firma de los Acuerdos de Paz, suscritos en el año de 1992.

 

Este es el equipo de digitalización donado por la Agencia de Cooperación Sueca (ASDI, siglas en inglés)

Pero la falta de recursos económicos sigue siendo un reto constante para esta cápsula del tiempo. El presupuesto asignado por parte del Estado salvadoreño no es suficiente para sufragar los costos de ese proceso de digitalización.

Según una estimación de Ramírez, se necesita como mínimo $10,000 para el desarrollo de un softaware para el almacenamineto de los archivos. Y con la cantidad de documentos se necesitaría de más de un software, la tarea es apoteósica si se tiene en cuenta que los fondos destinado apenas y alcanza para cubrir los costos de operación . La Biblioteca Nacional seguirá esperando su regalo de cumpleaños.