Sobreviviente de cáncer de seno: La enfermedad cambia por completo la vida

Sonia (izquierda) junto a su hermana Delmy, quien ahora lucha contra el cáncer

Por: Alma Martínez

Sonia Aparicio superó la dura prueba del cáncer. Hace ya más de una década que recibió una de las peores noticias de su vida, cuando su ginecólogo le detectó una bolita en el seno izquierdo. Después de algunos exámenes, el diagnóstico fue cáncer de seno en estado dos.

Desde ese momento su vida dio un giro completo, que le permitió conocer todo el daño que una enfermedad puede provocar en una persona, pero también le enseñó a tener esperanza, a aferrarse a la vida y a entender que es posible luchar y vencer el cáncer de seno.

Hoy ya han pasado 11 años, desde esa prueba, Sonia quiere contar su experiencia, para ser portadora de esperanza y sobre todo para demostrar que la prevención es lo más importante, por ello en esta entrevista ella cuenta su historia, su lucha y su victoria.

¿En qué año fue diagnosticada con cáncer de mama?

En septiembre de 2004

¿Cómo se dio cuenta de que padecía esta enfermedad?

Yo tenía 35 años cuando me diagnosticaron cáncer. Coincidió que yo recién había dejado de darle pecho a mi hijo, tenía como unos seis meses que le dejaba de dar  pecho entonces uno crece con aquello que las mamás le dicen, “dejas de dar pecho y la leche se te cristaliza”. Yo me tocaba una bolita en mi pecho pero no pensé que fuera nada malo, y sentí un dolor, pero era un dolor mínimo como muscular como cuando uno hace fuerza para levantar algo. Yo decía, quizás es porque cargo a mi hijo porque era gordito. Cuando fui a mi control con el ginecólogo y me di cuenta;  el ginecólogo me dice “tenés una bolita, ya te la sentiste”.

¿Qué pasó cuando le dieron los resultados?

Lastimosamente en cuanto me dieron el resultado de la ultrasonografía, tengo bien grabada esa frase que decía al final, “amplia posibilidad de lesión maligna, se recomienda biopsia”, entonces así fue como inicié mi proceso duro. Al principio lloraba mucho, porque decía que eso no me podía estar pasando a mí, y en lo que más pensaba era en mi hijo, en que tenía dos años. Había tenido pérdidas anteriores, mi primer hijo nació muerto, entonces para mí había sido muy difícil tener un hijo, mi vida había estado enfocada en él y era lo que más me dolía dejarlo de dos años.

Después de ese momento, ¿cómo tomó la decisión de no rendirse, sino que al contrario luchar contra el cáncer?

Gracias a Dios fui investigando, y así fue como yo dije tengo que sobrevivir, tengo que salir adelante  porque al principio cuesta aceptarlo, uno se niega pero hay que tratar que esa etapa pase rápido porque es más difícil cuando uno no lo acepta, yo por lo menos lo acepté, me puse en manos de Dios y dije: Señor que sea tu voluntad si tú quieres que yo siga con vida tú me darás la fortaleza y sino tu decidirás cuando llevarme. Al final me resigné y me puse en las manos de Dios.

Los médicos recomiendan hacerse un examen de mama una vez al año
Los médicos recomiendan hacerse un examen de mama una vez al año

¿Cuéntenos cómo fue el inicio del tratamiento?

Fue un tratamiento bastante difícil, para empezar el diagnóstico es bien duro cuando se lo dan a uno, porque uno ve la muerte, uno ve el cáncer y lo relaciona con la muerte. Después de visitar varios médicos, y el Seguro Social para ver opciones con las que me sintiera tranquila y cómoda, comencé mi tratamiento. Fueron seis quimioterapias y cinco semanas de radiación diaria, 25 sesiones de radiación; es un proceso bastante duro especialmente las quimio es una experiencia difícil, le cambia a uno la vida por completo.

¿Qué aprendizaje le dejó pasar por este proceso mientras luchaba por el cáncer?

Uno aprende además de valorar la vida,  uno comienza a darse cuenta de que hay cosas en la vida que no son tan importantes, por ejemplo,  a mí me dejó de importar el físico y comencé a preocuparme en mi salud por sobrevivir, deje de pensar en que estaba mutilada en que sólo tenía un pecho.  Dejó de importarme que se me cayó todo el cabello, que me vi sin pestañas y cejas. Sin ninguna vellosidad, mi piel blanca casi que amarilla, pero a pesar de todo siempre me mantuve positiva porque mantuve la esperanza y la fe en que iba a salir de esto y creo que eso me ayudó mucho a superarlo, lo vi siempre positiva y pensé que gracias a Dios aún estaba a tiempo para sobrevivir, lo diagnosticaron a tiempo y bendito Dios once años después estoy aquí libre de cáncer.

¿Cómo vivió la experiencia de tener que perder un seno?

Ya lo había aceptado, yo entré a la cirugía tranquila; de hecho le dije al médico, si me tiene que quitar los dos, quítemelos, prefiero quedarme sin senos pero quiero sobrevivir, gracias a Dios solo fue uno el que me tuvieron que cortar. Estuve tranquila durante la operación, no  niego que fue traumante para mí la primera vez que me vi ante un espejo sólo con un pecho; creo que ese fue uno de los momentos más difíciles que yo pase en todo este proceso, quiérase o no es lo que nos identifica como mujeres, y que aunque uno diga no importa, llega un punto en que a uno ya no le interesa porque uno quiere sobrevivir. En el momento que ya está ahí cuando uno lo ve por primera vez, es bien duro verse en un espejo solo con un pecho.

¿Cuándo superó el cáncer, cómo recupero su antiguo estilo de vida?

Vino la etapa en que terminé mi proceso, mis tratamientos,  en que todo mundo retomó sus actividades y yo me quedé bueno ahora yo qué hago.  No trabajaba en ese momento, entré en una etapa de depresión aunque la traté de disimular, mi autoestima bajó mucho igualmente me comencé a “terapear” yo sola, a decir: no importa sólo tengo un pecho pero soy mujer, valgo como cualquier otra. Siempre tuve el apoyo de la familia, mi esposo y  mi familia que siempre han estado conmigo, entonces me ayudó a superar eso.

Sigue la lucha contra el cáncer

¿Los doctores le dijeron a usted si su cáncer se dio por factores hereditarios?

Fue algo inesperado realmente, en la familia nadie había padecido de cáncer hasta la fecha, fui la primera. Soy la última de cinco hermanos, decían los médicos que esa era una ventaja porque como era la última no había mucha posibilidad de que las mayores lo padecieran, pero se equivocaron porque ahorita mi hermana Delmy Emperatriz Aparicio le acaban de diagnosticar y está en su proceso de quimioterapia. Hoy lo vivo con mi hermana,  ella todavía está en la etapa de negación, y le digo aquí estoy yo después de 11 años y ves, estoy bien. Sí es incomoda la quimioterapia, los malestares son terribles pero son cinco o seis días,  luego podes pasar dos semanas tranquila en lo que te hacen la otra, entonces esa es la forma en que yo trato de ayudar.

¿De qué forma usted transmite hoy, el mensaje de la prevención de cáncer de seno?

Lastimosamente en el país, por lo menos yo no la tuve, es necesario una ayuda psicológica por lo menos yo desde que fui diagnosticada y luego pasé mi proceso,  me he dedicado hablar del tema con quien me quiera escuchar, en oportunidades que tenga porque siento que con mi experiencia puedo ayudar a muchas mujeres, primero a que dejen de tener miedo a ir al médico. Toda la gente dice que la mamografía duele, si duele pero sólo es un momento, es preferible pasar un momentito de dolor pero estar uno seguro o que no tienen nada o que si lo que tiene esta en una etapa temprana y pueda sobrevivirlo. Yo trato de esa manera hablando del tema, apoyando este tipo de causas (la carrera contra el cáncer, organizada por AVON). Desde que me diagnosticaron apoyo cualquier causa relacionada con el cáncer.

¿Cómo es su vida ahora, después del cáncer?

Meses después de superar el cáncer, retomé mi vida. Comencé a trabajar, soy técnico en Relaciones Públicas, pero ahorita estoy viendo nada más la parte en aspecto cultural y recreativo del personal en el área de recursos humanos de la Lotería Nacional. Al final el cáncer se supera, uno vive con incertidumbre, cada vez que se va hacer chequeos uno dice ay no… y lo pospone porque dice si me sale algo, si tengo algo…. la vida no vuelve a ser igual pero si uno se mentaliza puede llevar una vida casi normal.