La cebolla y sus múltiples propiedades medicinales

La cebolla tiene muchas y muy variadas cualidades que son beneficiosas para mejorar enfermedades respiratorias, acné, parásitos, diabetes, intoxicaciones, infecciones de vías urinarias, heridas, etc.

Puede consumirse cruda, cocida, en infusión, decocción, tintura y también se puede usar externamente como cataplasmas o crema.
Este bulbo tiene cualidades suavizantes y antisépticas, por ello se recomienda para tratar enfermedades respiratorias. En caso de tos, crisis de asma, resfriados o anginas, una receta sencilla, económica y muy efectiva es preparar una infusión de dos cebollas frescas en un litro de agua. Lo ideal es beber este preparado a lo largo del día.

Otra opción es la tintura de cebolla: dejar una semana una cebolla picada mezclada con el mismo volumen de alcohol apto para el consumo. Al cabo de siete días, se filtra. Dos cucharas diarias pueden curar enfermedades respiratorias.

Como uso externo, la cebolla caliente aplicada sobre la garganta alivia las anginas y la bronquitis.
La decocción de cinco cebollas y cuatro cucharadas grandes de miel, en un litro de agua, es un excelente depurativo, tomando una taza cada seis horas.

Vino de cebolla: se machacan cuatro cebollas en un litro de vino blanco, al que se le añaden 100 gramos de miel. Se deja reposar 15 días y se lo filtra. Tomando una cucharada cada 8 horas, es un tónico fortificante y un excelente diurético.

Frotando cebolla sobre los riñones, se logra incrementar la producción de orina en una cuarta parte.
Cataplasma de cebolla cruda: aplicada sobre las sienes, alivia jaquecas y dolores de cabeza; sobre la coronilla combate la meningitis y usada sobre los pies, es efectiva contra las fiebres.

Cataplasma de cebolla cocida: ayuda a curar las picaduras de insectos y la mordedura de animales.

En el Atlas de las Plantas Medicinales y Curativas, encontramos que los principios activos de la cebolla se deben a un compuesto llamado “disulfuro de alilpropilo”, que es un aceite lacrimógeno; la cebolla es la única planta que lo posee.
Además la cebolla posee vitaminas A, Ba, C, E y PP, azúcares, grasas, proteínas y sales minerales.

En el año 1919, cuando en Europa murieron 40 millones de personas como consecuencia de una peste, un médico decidió recorrer las granjas para ayudar, aún a riesgo de su propia vida. Cuenta la leyenda que este médico, al llegar a una granja, encontró que todos sus integrantes se encontraban en perfecto estado de salud, esto sorprendió al galeno y se interesó por saber qué cosa diferente hacían en esta familia. La señora le respondió que ella había colocado una cebolla en cada habitación. El médico solicitó que le facilitara una de las cebollas para estudiarla y al ponerla bajo el microscopio encontró que la cebolla había absorbido las bacterias causantes de la enfermedad.
Hay varias anécdotas parecidas a esta, bastantes más actuales, la moraleja es: si usted o algún pariente o conocido sufre de bronquitis, neumonía o alguna otra enfermedad parecida, coloque una cebolla en un plato, corte ambos extremos y déjela en la habitación del paciente. No tiene nada que perder y mucho que ganar.

La cebolla, el ajo y muchos otros productos, los consumimos cotidianamente, pero son pocas las personas que saben que esos alimentos pueden curar muchas y diferentes enfermedades.