Por: Liset Orellana
Su nombre es Verónica. Tiene 10 años y hace meses forma parte del proyecto La Colmenita en uno de los cantones más sufridos en la guerra civil: El Mozote, Morazán. Es la segunda vez que deja su hogar para venir a la capital y justo hoy desayunó con el presidente de la República y su esposa, en el programa Casa Abierta.
Verónica no viajó sola, lo hizo con otros niños, niñas, jóvenes y adultos de El Mozote y de Zacatecoluca, quienes ven en las expresiones culturales y artísticas una forma de vida. Ella, en honor a la memoria histórica, conoce de la masacre ocurrida en su cantón hace 34 años, muchos años antes de su nacimiento.
Y ese es el nuevo enfoque que el gobierno busca para las 155 Casas de la Cultura distribuidas en el país. Que se conviertan de simples espacios donde se aprenda a tocar un instrumentos o pintura, a un espacios de convivencia y participación ciudadana, donde converjan los actores de la comunidad, la localidad y el gobierno.
“Queremos mostrarle al país lo que son ahora las Casas de la Cultura y Convivencia. Queremos que vean que los fenómenos que suceden en el país, como el fenómeno de la violencia, el fenómeno de la delincuencia, hay que también abordarlo a partir de la reconstrucción de nuestra identidad, de nuestros valores”, expresó el presidente, Salvador Sánchez Cerén.
Con esta nueva modalidad, que se ha replicado en 14 Casas de la Cultura, se busca que los asistentes aprendan valores e impulsen el emprendedurismo. También se construyen los Comités Ciudadanos para la Cultura y la Convivencia con la participación de más de 300 líderes.
Grupo Andino Ejetkat de El Mozote interpreta "Voces que callaron" #TalentoSalvadoreñopic.twitter.com/krV3FS83Be
— El Metropolitano (@ElMetroDigital) April 23, 2016
