“Pedimos justicia para los que cometieron esta barbaridad”

Foto cortesía de la Corte Suprema de Justicia

Por: Remberto Domínguez

Rosario López se acercó a traer un pequeño ataúd de color blanco que estaba decorado con una flor amarilla. Eran los restos de su familiar que fue asesinado en una de las masacres más aterradoras del conflicto armado en el cantón El Mozote.

«Pedimos justicia para las personas que hicieron esta barbaridad ya que mi familia fue la que más fallecidos tuvo en esta masacre lo que llevo a escondernos por 6 años en las montañas comiendo dulce de panela con agua para poder sobrevivir, Dios tuvo misericordia con nosotros», explicó Rosario entre sollozos.

Otras diez personas más recibieron las osamentas de familiares de víctimas de la masacre el Mozote ocurrida entre el 11 y 13 de diciembre de 1981.

La Corte Suprema de Justicia (CSJ), en coordinación con Fiscalía General de la República, Procuraduría de los Derechos Humanos, Medicina Legal y ministerio de Relaciones Exteriores entregaron 11 restos humanos: 2 de personas adultas y 9 niños.

Esto forma parte de un primer de exhumación que inicio en 1990.

«Como parte del Órgano Judicial he estado interesado a que el Estado cumpla la sentencia internacional, y satisfagan los derechos de familiares de víctimas de recibir a sus seres queridos, plenamente identificados, aunque sea tardíamente», expresó el magistrado de la Sala de lo Constitucional, Florentin Meléndez.

Para hacer  entrega de los restos a familiares era necesario tener un previo registro de muestras de ADN, esto se hizo sin costo alguno, como lo estableció la Corte Interamericana, responsable de llevar el caso.

Según información de víctimas de la masacre, la mayoría eran del cantón La Joya, situado al norte de Morazán, donde además,  tuvieron que huir a la montaña por 25 años, y otros se refugiaron en los exbolsones, limítrofe entre Honduras y El Salvador.

35 años más tarde comenzaron las primeras excavaciones. La primera etapa se realizó el en abril del 2015, donde se exhumaron más de 30 cajas y del 7 al 27 de julio del mismo año se dio una segunda, tercera y cuarta etapa con la investigación de campo e investigación de laboratorio, culminando con la entrega de  féretros.

A familiares pendientes con el reconocimiento de víctimas se ha programado para noviembre de este año una segunda excavación.