Agencias
«Mi mundo se vino abajo», así describe la británica Lynne Sandford cómo se sintió cuando se enteró de que su hijo Michael había sido detenido en Estados Unidos, tras confesar a las autoridades que quería disparar contra el multimillonario Donald Trump, precandidato republicano a la Casa Blanca.
Michael, de 20 años, fue arrestado el 18 de junio tras tratar de quitarle la pistola a un policía durante un mitin de Trump en Las Vegas, y se encuentra en prisión.
A pesar de que Lynne todavía no puede creer lo que le pasó a su hijo, entiende lo grave de su situación y asegura que teme que este se suicide si es condenado.
«Debería ser deportado (a Reino Unido) y así podría volver a su país y recibir ayuda psiquiátrica», afirmó la mujer en una entrevista con la BBC.
Sin embargo, su Michael podría recibir una pena de hasta 30 años debido a que, de acuerdo con el expediente de su caso, admitió que tenía la intención de disparar contra Trump.
Elocuente y brillante
De acuerdo con Lynne Sandford, su hijo tiene historial clínico de problemas de salud mental y en el pasado intentó suicidarse.
«No hay ninguna manera que haga frente a las condiciones de una prisión estadounidense si recibe una larga condena», afirmó la madre.
Sandford añadió que su hijo se encuentra «en el aislamiento durante 22 horas al día, apenas con una ventana al mundo exterior».
Es por ello que Lynne considera que su hijo podría terminar su vida si es condenado.»¿Por qué tendría que vivir en esas condiciones? Él pensaría que no tiene sentido», señaló.
La mujer relató que su hijo viajó a Estados Unidos aproximadamente hace un año y que ella intentó detenerlo «desesperadamente».
Explicó que a pesar de su historial y el apoyo de los médicos que conocían su caso, Michael era mayor de edad y no estaba declarado mentalmente incompetente.
«Debido a que es muy elocuente y muy brillante, no pudimos detenerlo», afirmó Lynne Sandford
La madre dijo que pasó de no saber nada en absoluto de su hijo a recibir 10 llamadas diarias de él durante un tiempo.
Sin embargo, añadió que él se negaba a responder preguntas acerca de lo que hacía o su estilo de vida en Estados Unidos.
Luego de un tiempo, lo siguiente que Lynne Sandford supo sobre Michael ocurrió el 18 de junio.
«Me desperté a media noche por una llamada del Ministerio de Asuntos Exteriores británico».
«Me dijeron que (Michael) había sido detenido. Mi mundo se vino abajo, estaba temblando de pies a cabeza y comencé a llorar. No lo podía creer», afirmó la madre.
Todavía hoy, Lynne se pregunta «¿quién le metió esas ideas en la cabeza a Michael?».
De acuerdo con el expediente judicial, Michael Sandford reconoció que había conducido hasta el acto de campaña en Las Vegas «con el fin de matar a Trump» y que había estado en un campo de tiro el día anterior practicando.
También afirmó que estimaba que moriría llevando a cabo su acción y que pasó un año planeando el atentado.
Al respecto, Lynne Sandford dijo que su hijo «nunca había mencionado la política en toda su vida y nunca se interesó en ella».
El Ministerio de Asuntos Exteriores británico señaló en un comunicado que ofreció «asesoramiento e información a la familia en este caso».
«Nos mantenemos en contacto con los representantes legales de Michael Sandford y hemos presentado una solicitud para visitarlo», señala el comunicado.
La Oficina Federal de Prisiones de Estados Unidos indicó que promueve la educación entre el personal y los internos en la prevención del suicidio.
