Izalco conserva parte de su legado histórico a través de sus apellidos

El Metropolitano Digital

Suachi, Teshe, Masin, Pashaca, Quilizapa, Chulo, Chical, Shico, Sunzine, Cuio, Punche, y Chilin, son algunos de los apellidos que cientos de pobladores del municipio de Izalco en Sonsonate, aún conservan como parte del legado de su herencia cultural indígena.

Según Carlos Pérez, director nacional de Investigaciones en Cultura y Arte, una de las razones de por qué los Izalcos, podrían haber conservado hasta el día de hoy sus apellidos, es “debido a que durante la Colonia, ellos tenían control de sus condiciones de vida, era una comunidad muy prospera, ya que la zona era una región de cacaotales”

Una muestra de esta afirmación, es que además de los apellidos, aún sobrevive la Alcaldía del Común de Izalco, creada en 1543 por los colonizadores que por mandato del emperador Felipe V, formaron pueblos y gobiernos autónomos en las comunidades indígenas.

“Ellos (indígenas) eran los productores y los que comercializaban el cacao, tenían poder de negociación. Esto hizo que se conservara la comunidad y su cultura. No era una comunidad sobre explotada, hasta la reforma agraria liberal (1865) cuando los despojan de los terrenos comunales, con lo cual se extingue su sistema de vida”, dice Pineda.

Isidoro Culina Pililla, es el tamborilero de la Milicia de la Alcaldía del Común de Izalco, tiene 81 años y está agradecido porque Dios le “regaló bastante vida… y  le va a seguir regalando”.

El apellido Culina lo heredó de su madre Toribia Culina, y el Pililla, le viene de su papá.

Carlos Cortez, nahuablante y originario de Santo Domingo de Guzmán, que es el único municipio del país con alrededor de 200 nahuablantes, no tiene apellido indígena, pero asegura que “quisiera tenerlo”.

Cortéz, escritor del diccionario «Ne Nawat Yultuk», dice si tuviera la posibilidad de cambiar el Cortez por “Tetzin” – que significa: príncipe con fortaleza como de roca- Cortez lo haría porque esto le daría “sentido de identidad y mucho orgullo” expresa.

Al igual que el apellido que Cortez elegiría para sí, los otros apellidos indígenas tienen significados muy particulares, por ejemplo “Quizilapa” que podría provenir de güisquil o de xiquilite (la planta del añil), lo cual podría significar que la familia de quien lo posea es de un lugar donde hay plantaciones de xiquilite, o que utilizaban mucho la planta.

Los apellidos en la cosmovisión indígena, daban a conocer la actividad a las que se dedicaba una persona, explica Cortez.