El Desierto de Taklamakan en China: cementerio de civilizaciones antiguas

 

El Desierto de Taklamakan ( o Takli makan ), es el desierto más grande de China, así como el segundo desierto móvil más extenso del mundo. Con un área total de 330.000 km2, el desierto es tan vasto como el mar, extendiéndose más de 1.000 km de este a oeste y a lo largo de 400 km de norte a Sur.

Su nombre significa en Uygur “entrar y nunca volver”, algunos lo llaman «El Mar de la muerte».

Este desierto devora casi todo lo que se halla cerca de él. Por cualquiera de sus tres límita con algunas de las montañas más altas del mundo: al norte, las Montañas Celestiales (Tian Shan); hacia el oeste, el Pamir (Techo del Mundo); y hacia el sur, las Montañas del Karakorum y Kunlun.

El infame Taklamakan ha sido temido y atravesado por viajeros durante más de 2.000 años. Su travesía era, y aún lo sigue siendo, un viaje desafiante. Aunque en la actualidad los turistas pueden gozar de unas espléndidas vistas de este ilimitado desierto a lomos de un camello, pudiendo disfrutar incluso del deporte de la pesca en esta reserva.

Este desierto ocupa un área de 270.000 kilómetros cuadrados. Por su borde septentrional y meridional lo atraviesan dos ramales de la Ruta de la seda. Los principales oasis son Kashgar, Yarkand (sobre el río Yarkand) y Khotan (Hetian) en el Sudoeste, Kuqa y Turfán en el Norte y Loulan y Dunhuang en el Este. El Río de Jade Blanco, llamado así por los depósitos de jade que se encuentran en él, atraviesa este desierto.

En las arenas de este desierto se han hallado restos arqueológicos y varias momias con una antigüedad superior a los 4.000 años. La mayoría de las momias halladas tienen rasgos europeos, lo que apunta a que fueron «tocarios», un pueblo que habitó esta zona entre el primer milenio antes de Cristo y el primer milenio de nuestra era.

Comenzando el siglo XIX, el Desierto de Taklamakan se ha convertirlo en un paraíso y una casa de tesoros para los exploradores y arqueólogos de todo el mundo. Luan, Niya y Mira, aquellas antiguas ciudades-Estado que solían existir solamente en los libros de Historia han sido descubiertas y excavadas una tras otra. No obstante, el ilimitado Desierto de Taklimakan conserva muchos secretos y quedan sin resolver demasiados enigmas de la historia y de la civilización.