Avanza la investigación y los trabajos de conservación en La Campana de San Andrés

El Metropolitano Digital

Con 20 metros de altura, La Campana es la estructura más grande del Parque Arqueológico  San Andrés. Posee una plataforma de 80 por 90 metros en los lados y 7 metros de alto. Sobre este basamento, hay una estructura piramidal de 13 metros de alto y 40 metros de diámetro.

“En esta estructura se observan al menos tres formas de construir: Adobe, piedra y bloques de piedra cortada, con repellos de argamasa. La campana tiene los tres materiales y eso no se ha encontrado en las otras estructuras”, detalló el arqueólogo Óscar Camacho, monitor del sitio.

La pirámide —cerrada por el momento a la visita— es investigada por el Dr. Akira Ichikawa, profesor adjunto del Instituto de Estudios Avanzados de la Universidad de Nagoya, Japón, en un proyecto de cinco años financiado por la Sociedad Japonesa para la Promoción de la Ciencia, bajo la supervisión del Departamento de Arqueología de la Dirección Nacional de Patrimonio Cultural y Natural de Secultura.

Además de ser investigada,  la estructura está siendo intervenida para su conservación. Sobre el basamento y al lado de la pirámide se ha construido una especie de muro de contención con piedra y adobe, y repello de argamasa, los mismos materiales usados hace más de mil años para la construcción de La Campana. “Si no hacemos eso se va a erosionar”, dice el Dr. Ichikawa.

Este es el tercer año en que el arqueólogo japonés trabaja en La Campana. Los frutos son ya visibles. Una parte del costado norte de la pirámide —de poco más de un metro de altura—, luce ahora como debió lucir al final del periodo Clásico, en el año 900 d. C., cuando ocurrió el colapso maya y San Andrés fue abandonado.

Este año 2017, comenzaron los trabajos de conservación del lado sur, donde todavía se puede observar un fragmento de la argamasa original, piedras y bloques de toba o talpetate que por el paso del tiempo se han deteriorado.

Los adobes con los que se está trabajando están hechos de tierra, cascajo y tierra blanca. “La idea ha sido buscar los materiales usados por nuestros antepasados y llegar a esa composición para no alterar la estructura que estamos protegiendo”, dijo el arqueólogo  Juan Manuel Guerra.

Se estima que La Campana comenzó a construirse luego de la erupción del Ilopango (entre 400-600 d. C.). Esta hipótesis surge de la investigación hecha al interior de la estructura, donde se ha construido un pozo de prospección en el que se observan estratos de ceniza y tierra blanca que podrían ser de ese evento volcánico.

“El objetivo es conocer mejor la historia de San Andrés. Este sitio es importante, pero todavía no tenemos clara una historia completa. Para contribuir, hemos excavado un pozo para saber la secuencia de la estructura de La Campana”, dijo Ichikawa.

La excavación se hizo donde se cree estaba la escalinata de la estructura, el mismo lugar fue excavado en la década de 1990, cuando se encontraron una osamenta, cerámica copador y lajas.

“Buscamos obtener datos arquitectónicos, cuándo inició el desarrollo de La Campana y cuándo se remodeló”, dijo el japonés.

Ichikawa agregó que se busca conservar la estructura como parte de la valorización del parque, y en un futuro poder ampliar el área de acceso público. “Quizás el otro año vamos a terminar todo el contorno de la estructura”, acotó el profesor japonés.