Félix Raúl Betancourt: »El país no debe seguir siendo cementerio de ideas donde se prestigia lo vulgar por la capacidad»

El abogado y notario, dr Félix Raúl Betancourt es candidato a diputado para la Asamblea Legislativa por el PDC | Foto El Metropolitano Digital

Por Liset Orellana

A seis meses para que los ciudadanos se acerquen nuevamente a las urnas para emitir el sufragio, los partidos han finalizado algunos procesos internos que establece la ley electoral para elegir a sus candidatos a alcaldes y diputados.

La palabra renovación ha marcado líneas en los partidos y en el PDC no ha sido la excepción. En este vehículo político de trayectoria que ha tenido altos y bajos suenan nombres y aspirantes nuevos para ocupar cargos públicos. Es el caso del doctor Félix Raúl Betancourt que ocupa la casilla 1 en la papeleta electoral, misma que ocupó el actual diputado Rodolfo Parker en la elección anterior.

Ubicado en una posición privilegiada -electoralmente hablando- el aspirante a diputado espera que su experiencia no sea como un partido de la Selecta. »Ojalá que no me toque solo ganar experiencia como la Selección», bromeó Betancourt de 50 años de edad y que en su haber tiene una extensa preparación académica y experiencia en rubros relacionados con derecho y seguros.

Especialista en Derecho de Empresas, Derecho de Seguros, con un post grado en Derecho Mercantil, diplomado del INCAE en Aspectos Legales de las Relaciones Internacionales, agente intermediario de seguros, ex director ejecutivo de la Asociación de Empresas de Seguros, Abogado y Notorio, esposo, padre de dos hijos y ahora candidato a diputado por San Salvador, el aspirante ofrece una entrevista a El Metropolitano Digital donde expresa su visión de país y parte de su vida.

Formado académicamente en países como Estados Unidos, España y Chile, Betancourt ahora sostiene reuniones con las bases de su partido para conocer el territorio al cuál debe ingresar con un permiso previo de »los muchachos». Esta realidad lo motiva a continuar y finalizar un proceso político del cuál no es ajeno pero sí nuevo para él

¿Cómo decide participar en la política y cómo fue ese proceso?

Mi relación con el PDC viene desde el vientre materno porque mi mamá quien falleció hace siete meses era una gran demócrata cristiana; y a ella no le gustaba que yo me metiera en política. Además teníamos un vínculo muy cercano con un líder importante del PDC (Fidel Chávez) y aproveché una oportunidad que me dieron de formarme dentro del PDC y fui becado por la Fundación Konrad Adenauer allá a principios de los 80’s cuando yo estaba terminando la universidad.

Era un curso de formación Política Integrales donde uno tenía la oportunidad de formarse por maestros locales y extranjeros, de formarse fuera del país y a veces acá y fueron más de 3 años de estudios. Luego me mandaron a Chile a estudiar Administración Municipal; entonces fueron más de cuatro años en los que me formé políticamente.

Quiere decir que desde muy joven tuvo cercanía con el partido…

Teníamos una muy buena relación con el expresidente José Napoleón Duarte y su familia. Ellos quizás me veían a mis 22 años como un perfil interesante para volverme un líder demócrata cristiano de aquél tiempo. Sin embargo mis ideas eran graduarme de abogado y notario, sacar una maestría, irme a estudiar y hacer todo lo que hice. Pasé la década de los 90’s estudiando y preparándome y de impulsar mi propia oficina jurídica que ahora ya tiene 25 años de existir.

El candidato a diputado por San Salvador se graduó de la Universidad Matías Delgado

¿Qué lo motivó ahora entonces a participar en la política partidaria si estuvo alejado?

Fijese que a mi esposa nunca ha sido muy anuente a que yo participe, sin embargo cuando se lo planteé en este contexto actual recibí de manera inesperada su apoyo. A mí me lo plantearon hace cuatro meses y recibí el respaldo de mi familia. A mí la política siempre me ha gustado pero nunca pensé en involucrarme.

Yo era joven cuando estaba la guerra, yo me estaba graduando cuando firmaron los Acuerdos de Paz y siento que nuestra generación se perdió mucho en el tema de participación política. Hay amigos de mi generación que rondamos entre los 47 y 52 años promedio que no tuvimos la oportunidad de participación que hoy tienen los jóvenes; era picar en piedra estar en algún movimiento ciudadano, cívicos y políticos…

¿No había esos espacios?

No, porque veníamos saliendo de una guerra y era una época muy particular de reacomodo post conflicto armado y fueron pasando los años. Entonces me concentré en mis estudios porque yo quise ser abogado desde chiquito. Luego se me dio la oportunidad de estudiar en Estados Unidos, España, Managua. En el 2000 hubo la posibilidad de que me fuera a Salamanca en España para ser profesor porque a mí me encanta la docencia; vengo de una familia de profesores

¿Y cómo termina siendo abogado?

Es que cuando estaba en cuarto grado una tía me regaló una Constitución vieja de 1962 y le quité el polvo, la comencé a leer y me enamoré. Mi pasión por mi profesión empezó por leer la Constitución de 1962 cuando yo tenía 10 años.

No imagino a un niño de 10 años interesado por el Estado y su forma de gobierno

Pues empecé a leer lo que decía, desde el artículo 1 que defiende a la persona humana y a la familia. Eso cuadraba mucho con mis valores porque empieza con los principios fundamentales y eso encajaba con los principios que yo tenía de niño y me gustó.

Mi papá era médico y murió cuando yo estaba chiquito y lo que dejó fue una bastedad de libros de medicina; pero me encantaba eso de argumentar.  Yo en el colegio declamaba, me usaban de maestro de ceremonia, gané concursos de declamación y siempre fui un muchacho activo, también me gustaban los deportes.

¿Qué deportes practicó?

Practiqué el atletismo a nivel colegial y ya en tiempos de la universidad dejé el deporte para practicarlo con los amigos solo por divierta porque ya no seguí compitiendo en nada. Nunca fui un gran  deportista pero siempre me entusiasmo participar.

Yo jugué fútbol, béisbol, pin-pon, atletismo, voleibol; yo hice de todo y eso me ayudó mucho en mantenerme lejos de otras cosas.

Vengamos al tiempo actual ¿quién lo invitó a participar en el proceso interno del PDC?

La invitación vino de Rodolfo Parker y me decidí en participar. Tuve apoyo también de otras personas que su punto de vista era bien decisivo para saber si era el momento y el medio. Se dieron las cosas y participé en el proceso interno.

Hay que reconocer que dentro del partido se dio paso a la renovación con personas nuevas, quizás yo caí en buen momento; no soy mejor que nadie, ni represento lo mejor de una ideología pero la voluntad y el compromiso lo tengo. Siento que tengo la formación y la experiencia.

En mi tiempo de abogado he elaborado una serie grande de propuestas de ley que algunas son vigentes. Quiero decir que yo no me metí a política para las elecciones, llego a la política como un trabajo de ahora en adelante gane o pierda. Yo era un ciudadano súper quejista en Facebook y la bilis la escurría pero realmente creo que eso no soluciona nada.

 

Sintió que era su momento

Sí, incluso hago un esfuerzo por hacer una transición de mis responsabilidades personales y empresariales.

¿Usted esperaba quedar en la primera posición?

Fue una sorpresa porque al hacer un mínimo trabajo se logró posicionar una propuesta frente a las organizaciones territoriales de los municipios de San Salvador. En cada uno de esos municipios conté con el apoyo de Rodolfo Parker, quien invitó a apoyarme y eso fue muy decisivo porque seguramente yo solo no lo hubiera logrado.

¿Verdaderamente ha visto una renovación en el partido que no sea de diente al labio?

Sí, esto tiene mucho que ver con la labor que le reconozco a Parker de haber ordenado la casa y ahora buscar hacia afuera del partido la renovación y no poner ninguna condición, ni limitado a algo; por lo menos a mí. Así han entrado otras personas en La Libertad, San Miguel, San Vicente, Ahuachapán, La Paz, Sonsonate.

Nuestro trabajo es que la población que ya no creé en los políticos lo haga en una propuesta renovada; yo aspiro a que la gente vea que somos personas como ellos: con deudas en los bancos, que trabajo para mantener a mi familia y colegio de mis hijos, que tenía dos carros y hoy solo uno por la crisis…

En conclusión debemos entender lo serio que es ser diputado, no cualquiera puede ser diputado en otros países. Usted saca la hoja de vida de congresistas, parlamentarios; acá nos quedamos fritos y de bajo del árbol con las credenciales de ellos.

Usted habla de una clase política renovada…

Que la clase política renovada no es solo meter jóvenes o meter gente popular. Podemos meter a una persona de 70 años que sea mejor que cualquier joven o presentadora de televisión. Pero vea, además de ver rostros nuevos examinemos las hojas de vida de las personas. Es tan serio a lo que vamos en esta nueva asamblea que ojalá la gente no solo vea la propaganda…es el momento de llevar a nuestros mejores hijos, a los más capaces. Yo conozco diputados buenos en la actualidad y del pasado también como Miguel Espinal Lazo, doña Gloria Salguero, Guillermo Ávila Qüelh, Héctor Dada; que coincida uno o no con ellos en sus ideas han sido gente rectilínea y han aportado mucho al país.

El país no debe seguir siendo cementerio de ideas; donde se prestigia lo vulgar, la popularidad que la capacidad, el talento y la preparación.

Pero siendo sinceros en estas elecciones no veremos un cambio sustancial en la asamblea

Probablemente no sea tan sustancial, pero hay que ir paso a paso. Es imposible que del cielo caigan 84 angelitos y que esto se compuso. No habrá cambios notables en el 2018 porque estamos sometidos a un par de maquinarias que van a imponer todo su aparataje propagandístico y desgraciadamente aturdirán a un montón de gente, pero creo que si en más de un partido se introducen tres, cuatro, cinco…doce personas de 84 diputados que lleven ideas distintas el cambio empezar a generarse.

En mi caso mi mejor carta de presentación es mi hoja de vida porque la gente que me conoce puede dar referencias de mí. Júzgueme con base a eso. Es que mire, el país está demasiado vulnerado, esto ya es un descaro, hemos corrompido todo o todo es fraudulento, se arreglan las cosas con tranzas y se ha prestigiado al burro y desprestigiado el talento. El filtro en las elecciones del 2018 es la población, en las manos del ciudadano está el reclutamiento y la evaluación.

Félix Raúl Betancourt se ha valido de las redes sociales para iniciar un diálogo con los ciudadanos