El Barca impone su superioridad

Agencias

El misterio duró ocho minutos hasta que Suárez marcó de cabeza el empate de la eliminatoria.

El conjunto de Valverde logró la remontada tras imponerse al Español (2-0) con goles de Suárez y Messi

La semana de sueños húmedos españolistas topaba con la realidad y el Barça ahogaba a los de Quique Sánchez Flores prácticamente en su área. Algoque los de Cornellá habían planteado como una final de la Champions enseguida se volvió una gráfica representación de la distancia que hay entre los dos equipos.

El Barcelona tenía hambre, sed, prisa, pero un sentido del ritmo paciente, basculando hábilmente el juego de lado a lado de su ataque para cansar todavía más al rival. En el minuto 15, los jugadores de Valverde marcaban el registro del 84 por ciento de posesión.

El Barça cocía al Español fatigándolo, para robarle a Quique la estrategia que le funcionó en la ida, de ir de menos a más en el segundo tramo de la segunda parte. Apabullante dominio azulgrana aunque de todos modos no generaba ocasiones claras.

Poca finura culé en los últimos metros hasta que como en el primer gol Messi recuperó un balón de obrero del fútbol, de quien no da nada por perdido, de quien tiene fe y luego el talento para concretarla, para irse entre dos defensas y batir a Pau de un disparo afortunado que tocó la pierna de Naldo antes de significar el segundo gol del Barça.

El Español quedó tocado, aunque sólo estaba a un gol de clasificarse. Mateu Lahoz amonestó con razón a Suárez y a Messi por protestar como amateurs, en una dejadez muy poco profesional que no sólo tiene que ser castigada por el colegiado sino que el club también tendría que multar porque no se puede cobrar lo que estos chicos cobran y perjudicar a tu equipo de un modo tan sumamente estúpido. Buen arbitraje de Mateu, por cierto.

El partido cayó en su fase burda, vulgar, mediocre. Tensión en la grada entre las aficiones de los dos equipos, que necesitó la intervención policial. Unos cuantos aficionados blanquiazules fueron expulsados del Camp Nou por su comportamiento incívico. El Español se estiró un poco, aunque sin producir nada consignable. Consiguió llegar vivo al descanso, aunque con un desgaste físico notable. Un gol le seguía bastando para alcanzar las semifinales.

Iniesta está en un dulce momento de forma y todo lo que hace es de una gran categoría. Dio muestras de ello durante la primera mitad así como en los comienzos de la segunda. El Barça necesitaba un gol para poder vivir tranquilo y el Español regresó del descanso con una presión más alta que, sin conseguir nada concreto, daba una imagen más competitiva del equipo.

Además Baptistao, fresco, había entrado para dar aire a los suyos. Suárez coqueteó como un auténtico idiota con la segunda amarilla, en un juego de provocaciones que no pudo ser más absurdo con Hermoso. Messi regalaba una infinidad de detalles técnicos y de lecturas del partido de alta calidad, con un repertorio de recursos y de talento que la edad no sólo no ha ensombrecido, sino que ha afinado. Buen partido también, muy completo, de Aleix Vidal.

El partido poco a poco se iba poniendo donde el Español quería, a tiro de piedra. Paulinho entró por Aleix Vidal. Conservador Valverde. Pero no tan conservador fue el segundo: entró Coutinho por Iniesta, que se fue entre vítores y aplausos. Coutinho fue recibido con un considerable rugido. No era fácil debutar en aquellas condiciones.

Empezó el exespañolista tocando y mandando, con un buen túnel a Víctor Sánchez. El Español se desplegaba con más voluntad que maña. Perdía, sí, pero continuaba vivo, en parte gracias a dos maravillosas intervenciones de Pau López en el 74, parando dos remates seguidos y a bocajarro de Suárez y Rakitic. Buena recuperación de Messi -otra más- y poderoso centro de Coutinho.

El Español mantuvo no el misterio pero sí la esperanza hasta el final, pero el Barça impuso su superioridad.