La NASA conserva tres contenedores sellados con muestras de rocas lunares que nunca se han abierto

Suena al principio de una teoría conspiranoica, pero es cierto. Hoy en día existen tres contenedores herméticamente sellados y conservados en el Laboratorio de muestras lunares que la NASA tiene en el Centro Espacial Johnson, en Houston. Ahora dos científicos han decidido solicitar oficialmente su apertura.

¿Qué es lo que contienen esos contenedores? La respuesta es sencilla: rocas y polvo. Entre 1969 y 1972, los astronautas de las misiones Apolo recolectaron cientos de muestras geológicas que trajeron de vuelta a la Tierra para su estudio. En total existen nueve contenedores de muestras. Seis de ellos sirvieron a los científicos para aprender más sobre nuestro satélite. Sus muestras están hoy expuestas en el propio Centro Espacial Johnson. Los tres contenedores restantes (correspondientes a las misiones Apolo 15,16 y 17) nunca llegaron a abrirse.

La razón para no haber roto el sello de estas tres maletas es científica y la explica Ryan Zeigler, director de la Oficina de Adquisición y Conservación de Astromateriales de la NASA:

Las muestras se destinaron a almacenamiento a largo plazo de forma intencionada para poder abrirlas cuando la tecnología y el instrumental haya llegado a un punto que permita maximizar los conocimientos que podamos extraer de ellas.

Zeigler cree que ese momento ha llegado, y no es el unico. El experto en meteoritos Charles Shearer y el especialista en ingeniería ambiental y ciencias planetarias Clive Neal apoyan a Zeigler en esta idea. El objetivo de estos tres investigadores es estudiar la composición y cualidades del regolito marciano como posible agente que ayude en futuras misiones robóticas o tripuladas a la Luna.

Una de las ideas más persistentes últimamente entre los científicos de las agencias espaciales es establecer una colonia permanente en la Luna. Para ello es preciso averiguar hasta qué punto el regolito lunar (el polvo que cubre la superficie) es reactivo y si puede utilizarse, por ejemplo, como material de construcción mediante técnicas de impresión 3D. La presencia de sustancias volátiles como agua, hidrógeno o metano también es extremadamente interesante de cara a averiguar si el regolito puede usarse en otras aplicaciones como el cultivo de plantas.

La gran incógnita es cuál será el estado de esos contenedores después de tantos años. En teoría las muestras deberían estar en el mismo estado. Desde que llegaron a la Tierra se han conservado al vacío, aisladas y a la misma temperatura que en la Luna, pero nadie sabe con seguridad su estado. Zeigler y sus colegas presentarán oficialmente su solicitud en la próxima conferencia internacional sobre ciencias planetarias que tendrá lugar en Houston entre el 19 y el 23 de marzo.

Tomado de Gizmodo