Ministra de Medio Ambiente hizo un llamado a no beber agua y a no sumergirse en el Lago de Coatepeque

El Metropolitano Digital

Las muestras de agua tomadas ayer martes por la mañana en diferentes puntos del Lago Coatepeque, en Santa Ana, indican que se trata de la proliferación de un solo tipo de cianobacteria, de la familia de las Oscillatorias, y del género Lyngbya.

De acuerdo con Jaime Espinoza, jefe de la Unidad de Humedales del MARN, explicó que dentro del género Lyngbya hay variadas especies que su mayoría no son tóxicas, pero un grupo minoritario sí.

Según el experto, en Centroamérica no existe la tecnología para verificar la posible toxicidad de estas microalgas, las cuales han sido poco estudias, sin embargo, ante la reducida posibilidad de que las encontradas en el Lago de Coatepeque, sean tóxicas, la ministra Lina Pohl hizo un llamado de prevención a la población para que tomen medidas de precaución y no ingieran agua del lago, sobre todo en este momento de alta proliferación de cianobacterias.

También recomendó a las personas muy sensibles de la piel, que eviten hacer inmersiones o bañarse con el agua del lago, su piel se podría sufrir irritaciones al estar en contacto con estas cianobacterias.

La titular solicitó el apoyo de la Administración Nacional de Acueductos y Alcantarillados (ANDA) para que provean de agua potable a la población que habita en los contornos del lago mientras dure el fenómeno.

El informe del MARN destaca que estas cianobacterias se proliferan por aportes de nutrientes a los ecosistemas acuáticos, y se observan constantemente al inicio de la temporada de lluvias, que llevan nutrientes por escorrentía al lago desde la parte alta de la cuenca.

A diferencia de las proliferaciones algales de años anteriores, en las que el agua se tornó color turquesa, este tipo de cianobacteria se visualiza como manchas color café pardo distribuido principalmente en los márgenes del lago, donde se observan aglomerados en descomposición.

La ministra también informó que las mediciones de gases realizadas por el equipo de vulcanólogos no mostraron cambios relacionadas a la actividad volcánica. Los resultados obtenidos en el lugar durante esta visita son similares a los que se han registrados desde 2016.