Real Madrid sufrió hasta el último minuto y llegó a otra final

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Clarín.- Real Madrid y Bayern Munich regalaron uno de los mejores partidos de los últimos tiempos en el empate 2 a 2 en el estadio Santiago Bernabéu, que depositó a los merengues por tercera vez consecutiva en la final de la Liga de Campeones de Europa.

La expectativa era mayúscula y los jugadores no defraudaron. Tanto en la ida como en la vuelta, los españoles aprovecharon errores puntuales de la defensa bávara e hicieron la diferencia con la figura de la serie: su arquero Keylor Navas.

Con el recuerdo de la complicada eliminatoria frente a Juventus en cuartos, en la cual se impuso 3 a 0 como visitante en la ida y terminó penando en la revancha antes de avanzar gracias a un gol de penal de Cristiano Ronaldo en tiempo agregado, Zinedine Zidane no quería lo mismo. Pero a pesar de ello su equipo comenzó el partido reviviendo aquella experiencia por un gol tempranero.

Los alemanes salieron con todo, como era de esperar, y presionaron a su rival arriba. Complicaron con las subidas de David Alaba por izquierda y Joshua Kimmich por la derecha, tanto así que fue el primero el que trajo el primer peligro al arco de Navas y el segundo abrió el marcador. A los tres minutos y tras una pifia de Sergio Ramos en un centro al primer palo, el lateral fusiló de cerca al arquero costarricense.

Pero el Real siempre tiene guardado un golpe cuando parece grogui. A los diez reaccionó a tiempo con un desborde de Marcelo, que ejecutó un centro perfecto para la aparición de Benzema por el segundo palo, quien solo y sin marca estampó el 1 a 1 de cabeza. Vibrante primeros 10 minutos de partido.

Bayern exigía muchísimo a la defensa local con varios jugadores lanzados en ataque. Pobló el área merengue en cada oportunidad y James Rodríguez fue clave en la conducción. Cada centro de los bávaros traía peligro al arco de Navas. El encuentro era de ida y vuelta, aunque los visitantes parecían más punzantes.

Los locales, siempre peligrosos, pudieron pasar al frente a los 27′ con una combinación Ronaldo-Marcelo en la que el brasileño no estuvo preciso para dar el centro atrás a un compañero. El portugués tuvo su remate minutos después, pero tapó bien Sven Ulreich.

A los 33′ llegó la mejor de los alemanes para desequilibrar en la primera etapa. Mats Hummels subió con mucha sorpresa, habilitó a Robert Lewandowski y este perdió el mano a mano contra Navas. Pero en el rebote en el arquero la pelota tomó una parábola extraña y se elevó. Müller y Ramos lucharon arriba y cuando bajó de golpe, James se encontró con ella pero no pudo darle bien y se lo perdió de manera increíble.

Y la polémica se hizo presente, cuando no, en el Bernabéu. En un centro al área del Real, la pelota dio claramente en la mano de Marcelo y luego salió al córner. Todo Bayern pidió penal, pero el turco Cuneyt Cakir hizo oídos sordos a las protestas.

Hay una máxima que todo espectador de fútbol sabe: una serie tan pareja se define por pequeños detalles. Y un error puede costar la clasificación. Ulreich lo comprobó cuando un horror inclinó la balanza para los españoles. Corentin Tolisso le dio un pase atrás -flojo- para su arquero, pero este resolvió de la peor manera: desconcentrado, pareció que salió barriendo como para agarrarla, se cayó y la dejó pasar. Apareció Benzema para el 2 a 1.

Así, el Bayern estaba obligado a ganar y ya no había posibilidad de forzar la prórroga ni los penales. Si era un partidazo hasta allí, ese gol terminó de concebir un encuentro histórico. Navas tapó dos pelotas increíbles, primero a Alaba y luego a Müller, mientras Ronaldo falló de manera poco común de frente al arco. Un ritmo frenético.

La ley del ex dejó todo con más suspenso a treinta minutos del final. Tras un centro a media altura, James Rodríguez remató de frente al arco con su pierna hábil, la pelota rebotó en el pecho de Varane y le volvió a quedar al colombiano, que definió bajo las piernas del uno con su pierna derecha.

Los alemanes fueron puro empuje. A los 28′ llegó otra salvada impresionante de Navas. Alaba tiró uno de los tantos centros del choque, Müller la bajó y Tolisso le pegó con pique incluido, para que el centroamericano se luzca una vez más y selle su calificación de figura.

El Real sufrió hasta en la última pelota de la noche madrileña, pero logró aguantar y colocarse en la tercera final de Champions consecutiva. No importó si fue o no superior al rival en los 180 minutos, pero se equivocó menos y lo aprovechó para quedarse con la ventaja.