Por Liset Orellana
Reynaldo Carballo es uno de los nuevos diputados que ingresó a la Asamblea Legislativa para el período 2018-2021. Conocedor de temas educativos, asegura que el presupuesto actual que destina para educación no logra los objetivos esperados.
Desde su nueva trinchera dice que trabajará para modernizar el sistema educativo y lo hará desde la presidencia de la Comisión de Cultura y Educación de la Asamblea Legislativa.
De momento él y los otros dos diputados del PDC han renunciado a los “privilegios” que otorga la Asamblea Legislativa.
Asegura trabajar en una propuesta integral para modernizar la educación en el país.
¿Cuál ha sido su experiencia en estas primeras semanas en la Asamblea Legislativa?
Para mí es un nueva experiencia, ya que he sido empresario durante 40 años y en ese campo me he desempeñado: organizando empresas, creando nuevas empresas y buscando el mantenimiento de las mismas, pero ahora que estoy en este escenario político es totalmente diferente.
Ahora estamos ahí con la intención de cumplir con un sueño, y en mi caso muy personal, el cual es luchar por una transformación educativa de nuestro país. Gracias a Dios he tenido la suerte que me hayan nombrado presidente de la Comisión de Cultura y Educación y me siento contento porque es mi campo. Además, me alegra tener diputados de otros partidos quienes en su mayoría tienen años de pertenecer a esta Comisión. Lo bueno que veo es la disponibilidad de todos ellos (los diputados) para hacer equipo y trabajar como una sola familia.
¿Qué otras comisiones integra?
Relaciones Exteriores, en la de Trabajo y de Fianzas. Pero presidir la Comisión de Cultura y Educación significa un reto.
Una de sus propuestas en campaña fue transformar en el sistema educativo ¿Cree que puede cumplir esa propuesta?
Yo siempre he sido un hombre de equipo, aún como empresario no es uno el que va a dar todo, uno tiene que armarse de gente experta en la materia en diferentes áreas y hacer un buen equipo para alcanzar los objetivos. Eso miso hemos logrado hacer con los asesores, hemos empezado con un plan de acción para trazar una líneas gruesa y un proyecto educativo que sea de nación. Sin embargo, todavía no sabemos los montos, las etapas y cuánto costará. No sé si va a ser de veinte, treinta, cuarenta o cincuenta años su ejecución, pero lo importante es que ya estamos en acción basados en una realidad.
¿Cuándo se refiere a trazar líneas es que ya hay algo en concreto o se están haciendo valoraciones, planes…?
Sí, estamos en una lluvia de ideas cada uno está exponiendo su experiencia y espero en 45 días tener algo concreto para proponérselo a la Comisión de Cultura y Educación.
¿Cuáles son las deficiencias en el sistema educativo?
La deficiencia es que un sistema educativo tiene que estar diseñado para formar al salvadoreño que tenemos visualizado construir. Tiene que estar, este sistema educativo, creado para que un salvadoreño tenga las competencias para insertarse al campo laboral y al campo universitario.
Hoy por hoy, tenemos un sistema educativo que no está cumpliendo con las necesidades del mundo actual. Estamos construyendo a salvadoreños que no tienen las competencias para la vida.
¿Por qué cree que en el pasado no se hicieron estas reformas; es decir, en que está fallando el gobierno y por qué no visualizó eso?
Todo proyecto para alcanzar el objetivo primero hay que visualizar que es lo que queremos, y un gobierno lo primero que tiene que hacer es pensar en sus hijos que son los ciudadanos. ¿Qué hijo queremos para este país?, ¿qué ciudadanos queremos para este país?, ¿cuáles son las exigencias del mundo actual? El sistema actual no está formando adecuadamente a los salvadoreños, solo está malgastando el presupuesto de educación y no está alcanzando los objetivos esperados, ya que a los políticos no les ha interesado la educación.
¿Qué le hace pensar que esta vez sí les interesa la educación a los políticos?
Yo siempre he dicho que el mejor negocio es educar a un salvadoreño, porque si vemos la educación como una inversión y no como un gasto, no solucionaremos nada. Un ejemplo claro que podemos ver es ¿cuánto le cuesta al papá gobierno formar a un salvadoreño? Supongamos que le cuesta 2 mil dólares por año. Si el niño está en primer grado va a pasar 12 años para llegar a ser bachiller, entonces el gobierno invertirá 24 mil dólares en la formación, después usted va a invertir 3 mil dólares más, sería casi 40 mil dólares los que se estaría invirtiendo en la educación de un niño.
Cuándo tenga usted ese médico, ese ingeniero; que usted papá gobierno ha invertido 40 mil dólares, pregúntese ¿cuánto le va a generar en impuestos? El retorno de inversión para uno mismo como papá gobierno es un gran negocio. Educar y formar a los salvadoreños es un gran negocio, pero como no estamos educando, ni formando se nos convierte en un gasto, estamos llenando más las cárceles de salvadoreños en lugar de profesionales y técnicos.
Una de sus propuestas de campaña fue renunciar a todas las prestaciones de la Asamblea. ¿Fue una decisión como grupo parlamentario o personal?
Al comienzo fue una decisión personal; sin embargo, tuve la suerte que me acompañó toda la fracción del PDC. No es justo ver un sistema educativo con tantas necesidades, ver maestros y maestras en los pueblos y cantones que no cuentan con el recurso mínimo para hacer su trabajo, vemos a políticos que tienen demasiados privilegios: viajes al extranjero, viáticos hasta de $500 dólares diarios, vehículos, teléfonos y ver a un pueblo abandonado no es justo.
Yo creo que si los privilegios se terminaran en todo el aparato del Estado, y todos esos fondos fueran utilizados en educación, nosotros a mediano plazo tuviéramos un país similar a Taiwán. Si nosotros invertimos en educación tuviéremos menos delincuencia, más trabajo y mejor calidad de vida. Pero insisto la única herramienta para salir de la pobreza es la educación.
¿Tiene una proyección de cuanto se estaría ahorrando con la renuncia de las prestaciones?
Sólo en seguro médico se ahorraría más de $4 millones, en celulares más de $200 mil; es decir, que son varios millones los que se estarían ahorrando. Nosotros como PDC, solo cobraremos nuestro salario y para viajes lo haremos con fondos propios o que nos inviten.
¿Qué piensa de la política de austeridad que impulsa el presidente de la Asamblea Legislativa?
Es una buena señal. Me alegro porque los políticos tradicionales están reaccionado y están viendo que es necesario mandar nueva señal al pueblo salvadoreño.
¿Ve un panorama favorable para crear reformas que beneficien al sistema educativo?
Sí, porque el proyecto que voy a trabajar para presentarle a la Asamblea, al Ministerio de Educación y al Gobierno Central, es un proyecto que irá de acuerdo a la realidad del país, por lo que será un proyecto que se desarrollará por etapas e irá enfocado a una realidad: tanto en recurso económico como humano. Además será un proyecto de nación dónde no se tendrá que oponer ningún político, de lo contrario sería un enemigo del pueblo.
Durante su gestión ¿Cómo será su trabajo: más de escritorio o más de campo?
Siempre he sido un hombre más de campo y me gusta trabajar en equipo, es la forma de hacer mejor los trabajos, los cuales dan frutos verdaderos.
¿Su oficina en la Asamblea Legislativa será de puertas abiertas?
Siempre he sido un hombre de puertas abiertas, aún con mis empresas, desde el ordenanza hasta el Gerente General, siempre han tenido las puertas abiertas.
Del uno al diez ¿Cómo cataloga la instalación de la nueva Asamblea?
Lo califico con un siete, lo cual es justificable, ya que llegamos un buen porcentaje de diputados nuevos y eso ocasionó retraso en la instalación, pero nosotros siempre hemos estados trabajando y esperamos estar a un cien por ciento en unos 15 días.
¿Cuántas personas están trabajando en los proyectos de reformas que se presentará a la Asamblea Legislativa?
Por ahora tengo buenos asesores, pero tenemos que ir involucrando poco a poco otros elementos más. Sin embargo, tengo la suerte de tener siete rectores que están trabajando Ad honoren, sectores de gremiales educativas, Católicas Evangélicas Laicas, sector sindical que me están apoyando.
