La despedida emotiva de la viuda del héroe que murió ayudando a los niños atrapados en la cueva de Tailandia

Agencias

Rota de dolor, pero orgullosa del acto valiente y desinteresado de su marido. Así se ha mostrado Valeepoan Kunan, esposa del ex SEAL tailandés fallecido durante la operación de rescate de los niños atrapados en una cueva del país durante más de dos semana, quien ha querido despedir a su marido a través de las redes sociales. Una forma de desahogarse, de decir adiós y de dar a conocer a un hombre que entregó su vida por los demás. “Siempre estarás conmigo”, escribe su esposa.

Saman Kunan, de 38 años, es uno de los nombres propios que ha tenido el rescatede los 12 niños atrapados en una cueva en Tailandia junto con su entrenados. Su final, el del este equipo de fútbol infantil del que medio mundo ha estado pendiente las últimas semanas, ha sido feliz. Todos están desde ayer sanos y salvo en el hospital. Sin embargo, su historia está ligada tristemente a la de Kunan, la única víctima mortal que se ha cobrado la operacion, que dio su vida para salvar la de otros y cuyo papel fue de vital importancia.

De él se ha dicho que vivía la vida aprovechando cada segundo, desinteresado, que velaba por los demás… Por eso, cuando tuvo conocimiento de la situación en la que se encontraban los niños no dudó en unirse a sus antiguos compañeros. Él ya se había retirado de la marina y se ganaba la vida como miembro de la seguridad del aeropuerto de la ciudad. El 5 de julio, dejó aparcado su uniforme y volvió a enfundarse su traje de buzo de los SEAL de la marina tailandesa para ayudar con la logística de la operación.

Quiso aportar su experiencia y sus conocimientos para llevar la esperanza a las 13 personas atrapadas. Junto con otros miembros del equipo, se sumergió en las oscuras aguas de Tham Luang. Su misión era transportar oxígeno. La cumplió con éxito, pero en el camino de vuelta le faltó a él. Perdió el conocimiento y aunque un compañero intentó reanimarlo y sacarlo de la trampa llena de recovecos que era el camino, no lograron salvarle la vida.

La de las cuevas de Tham Luang se convirtió en su última misión. Un sacrificio que le ha valido el calificativo de héroe y el reconocimiento dentro y fuera de su país. Eso, el orgullo que tiene por cómo fue en vida su marido, es el único consuelo que encuentra su viuda, Valeepoan Kunan, que declaraba, en una entrevista con la BBC tras la tragedia, que “le encantaba ayudar a otros, hacer obras de caridad y cosas. Así queutilizo el orgullo para ayudar a lidiar con mi dolor”.

Un dolor inmenso que le hace sentirse “como si hubiera muerto” pese a estar viva y que le ha empujado a volcar todo su desconsuelo, amor y admiración por su marido en las redes sociales, donde le ha rendido su personal y sentido homenaje. Ha sido en su cuenta de Instagram, donde ha publicado varias imágenes con recuerdos de sus muchas facetas, donde se ha dirigido a él con frases como “siempre estarás conmigo … no hay nadie como tú … si no estás conmigo, no quiero ir”.

Ayer, Valeepoan Kunan publicaba un último post, una foto de su marido en blanco y negro montando en bici. “Te extraño. Te quiero mucho. Te quiero como si fuera mi corazón”, le dice, según la traducción de Channel NewsAsia, al héroe con el destino más trágico del rescate de Chiang Rai. En su publicación anterior, en la que se ven dos manos unidas, se puede leer un mensaje cargado de desconsuelo: “Quiero regresar y detener el tiempo… para siempre”.