Con el destino en los zapatos

Mi sueño es una selección juvenil de El Salvador, formar un buen grupo de jugadores que amen vestir la camisa de su país y que podamos lograr cosas importantes como selección”: Lázaro Gutiérrez

Por Lenny Castro

A Lázaro Samuel Alonso Gutiérrez López, lo conocí reporteando, narrando e informando para una radio local. Tuve la buena suerte que el destino cruzara nuestros caminos, él desde el lado donde se vive la vida en primera fila, como periodista y yo generando información comercial desde una agencia de publicidad.

En nuestros primeros encuentros lo primero que llamó mi atención fue su nombre (Lázaro) y la historia atrás de él, en la que contra todo pronóstico este hombre, que hoy tiene 32 años, nació a pesar que un acontecimiento durante el embarazo de su madre – en el que ella recibió dos impactos de bala – apuntaba lo contrario.

Según lo narrado por él, estuvo muerto por 48 horas en el vientre materno pero un milagro lo regresó a la vida. De ahí su primer nombre, Lázaro y porque nació en el seno de un hogar evangélico, creyente.

El destino y las grandes cosas para él

Lázaro, era bueno como periodista, pero el sabía que podía ser mejor en otra área: el fútbol.

Desde muy joven vivió el ardor de dicho deporte, siempre se identificó más con su faceta de futbolista que con la de periodista (aunque nunca ha negado que ambas son parte de quién es) pero la última corre en sus venas con una fuerza que no puede explicar, es una pasión y él de primera mano sabe que la vida es un regalo y hay que vivirlo al máximo.

De ahí que su deseo de exprimir cada día lo llevó lejos de El Salvador para buscar hacer realidad sus sueños, después de analizarlo mucho valoró que sus prioridades se inclinaban hacia el balompié. De esa manera y buscando cristalizar sus objetivos fue que en 2017 decidió tomar el toro por los cuernos y cambiar totalmente el rumbo de su vida, averiguó sobre dónde estaban las mejores escuelas de dicho deporte y Argentina ganó por goleada.

Sus ojos se posaron en la Asociación de Técnicos del Fútbol Argentino (ATFA) y ya no se movieron de allí.

Con la ruta trazada, solo faltaba resolver un inconveniente, de dónde sacaría los fondos para costearse la profesionalización, sin dudarlo, conocedor de sus capacidades y con el firme conocimiento que los sacrificios son necesarios en el camino para alcanzar las metas, respaldado por su familia y el trabajo como periodista buscó un préstamo personal para financiarse la carrera como entrenador.

“Vine a estudiar a la Argentina con gastos propios… porque para mí la escuela de técnicos es de mucho prestigio y da la oportunidad de ir a otros países a trabajar.” Explicó.

 

El técnico

Cuando Lázaro me narraba su historia y conocí más detalles de su vida, la cual (hasta antes de partir) era igual a la de cualquier salvadoreño preocupado por las deudas, viajando en autobús cada mañana para ganarse el sustento sin otra herencia más que los estudio; nuevamente reconfirmé que tan sabias son aquellas palabras que ha inmortalizado el escritor español, Carlos Ruiz Zafón:” El destino, normalmente, está justo a la vuelta de la esquina. Pero lo que el destino no hace es visitas a domicilio. Tienes que ir por él.”

Él, Lázaro, fue a buscar su destino, con miedo al futuro, pero creyendo totalmente en su capacidad de salir adelante. Ahora, casi un año después de haber emprendido su viaje sigue preparándose, pero ya trabaja como técnico de categorías infantiles para el Club Atlético Chacarita Juniors.

Poco a poco se ha abierto un lugar en el campo y en el corazón de sus pupilos, él cuenta que la oportunidad de demostrar su talento se le presentó rápido y está agradecido con Dios por eso.

Lo más difícil que ha tenido que enfrentar es adaptarse al clima y acoplarse al ritmo de trabajo, el cual incluye recorrer largas distancias hasta el plantel del Chacarita o para movilizarse de un lugar a otro.

Su vida ahora es un torbellino de actividades las cuales comienzan en el gimnasio temprano por la mañana, luego el trabajo y después al final del día las clases que lo llevarán a obtener el titulo como técnico de fútbol; claro que no todo termina ahí, por la noche también tiene que reforzar lo aprendido leyendo y siempre hay tiempo para hablar con su familia y amigos, antes de dormir.

“Agradezco a Dios por la bendición que me dio de tener una familia como la que tengo, sin ellos esto no sería posible, su apoyo para vivir esta pasión es fundamental.” Recalcó.

Vivencias que dejan huellas

El connacional relató que la vivencia que más lo ha marcado estando en Argentina, “es la oportunidad de dirigir dos categorías infantiles en un país tan futbolero como Argentina y siendo salvadoreño, eso me llena de orgullo y es una bendición vivir este sueño.” Aseveró.

Otra de las cosas que le llena de satisfacción es aprender de los más pequeños, ver y valorar el sacrifico que hacen sus padres en recorrer horas de camino para llevarlos a entrenar y vivir de primera mano el amor, así como la pasión que estos niños tienen por el fútbol. Lázaro admira el talento con el balón que esos peques muestran en el campo.

Entre las cosas y personas que este joven extraña del país están: la familia, los amigos, el clima, las playas y por supuesto las pupusas.

 

A buscar más

El técnico no se conformará sólo con lo que a la fecha ha obtenido, quiere más y así lo aseguró “…Quiero llegar lo más lejos posible, hasta donde Dios y mis fuerzas me permitan. Quiero ser una leyenda para mi país y dejar en lo más alto el nombre de El Salvador”.

Recalcó, que piensa volver al país y realizar otro sueño, formar y entrenar una selección juvenil de jugadores que amen vestir la camisa El Salvador y que con su ayuda puedan lograr cosas importantes.

Los sueños para él no se detienen, a futuro, Lázaro se visualiza dirigiendo en ligas importantes del mundo, participando en mundiales juveniles o de selección mayor y llevándolos a ganar títulos. Pero siempre al verbalizar sus deseos aclara que todo esto será posible con la ayuda de Dios, el apoyo de su familia y amigos.

Ciertamente, Lázaro también ha aprendido que la humildad y el reconocimiento para aquellos que te ayudaron a salir adelante es parte importante del éxito de una persona.