Acusan de homicidio a varios alcaldes y a Protección Civil por el mayor incendio de Portugal

Agencias

La tragedia de Pedrógao, que dejó 66 muertos, fue consecuencia de una cadena de errores que podrían haberse evitado y que, según la Fiscalía portuguesa, constituyen un delito de homicidio por negligencia del que acusa a alcaldes y responsables de Protección Civil.

La acusación de la Fiscalía, homicidio por negligencia y ofensa a la integridad física por negligencia, alcanza a una docena de personas, entre ellos varios alcaldes y jefes de Protección Civil y Bomberos.

El incendio, el más grave de la historia reciente de Portugal, se desató el 17 de junio de 2017 y causó 66 muertos, más de 250 heridos y 46.000 hectáreas calcinadas en Pedrógão Grande, Castanheira de Pêra, Figueiró dos Vinhos, Alvaiázere e Ansião, en la región central del país. Según la investigación, que se ha prolongado un año, prácticamente todos los eslabones de la cadena fallaron, lo que derivó en la propagación de las llamas sin control y en el elevado número de víctimas.

Un total de 12 acusados La acusación, emitida por la sección de la Fiscalía en el distrito de Leiria, al que pertenece Pedrógão Grande, afecta a «dos altos responsables de una empresa de energía eléctrica», y tres personas con «funciones de comando y coordinación de Protección Civil».

También a «tres altos funcionarios de la empresa responsable del mantenimiento de la EN-236» -la carretera nacional en la que murieron atrapadas por las llamas 47 personas-, tres alcaldes y un funcionario de los municipios donde se registraron víctimas. La investigación oficial concluye que el fuego fue provocado por un rayo en la localidad de Escalos Fundeiros y, según la Fiscalía, podría haberse extinguido en el mismo punto en el que se desencadenó. Una cadena de errores No hubo alertas de protección civil ni medidas de evacuación para la población, según el informe de la Fiscalía al que tuvo acceso el semanario «Expresso».

La falta de limpieza en la zona boscosa próxima al tendido eléctrico, la escasez de recursos humanos y materiales, los errores de cálculo de los responsables y la omisión de ayuda a la población convirtieron el incendio en una tragedia. Entre los acusados, un comandante del Centro Distrital de Operaciones de Socorro (CDOS) que, en una primera fase, intentó dirigir las operaciones de extinción del fuego por teléfono. La falta de previsión meteorológica es otro de los fallos más llamativos y más dramáticos, ya que 47 personas fallecieron en un tramo de 400 metros de la carretera EN-236-1 cuando huían del fuego por un cambio en la dirección del viento.

La tragedia conmocionó al país hace un año y es todavía motivo de escándalo, no sólo por los dramáticos errores de gestión de la emergencia sino por la polémica sobre el destino de los fondos públicos destinados a la compensación de las víctimas y la rehabilitación de las zonas afectadas.

El presidente de Portugal, Marcelo Rebelo de Sousa, ha advertido de que los portugueses «tienen derecho a saber la verdad de lo que paso en Pedrógão Grande», tanto en lo referido a responsabilidades por los errores registrados como a la reconstrucción de las viviendas afectadas. El Estado luso, que asumió la responsabilidad por las muertes de Pedrógão y las 45 ocurridas en cuatro meses después en fuegos generados en el centro y norte del país, pagó 31 millones de euros en indemnizaciones a familiares de las víctimas.