Agencias
“No estoy embarazada, estoy gorda”, contestaba Drew Barrymore hace unos meses a un reportero harta de los comentarios sobre su peso.
Ahora, la actriz luce una nueva figura tras perder nada menos que 12 kilos en otras tantas semanas tras un duro entrenamiento y una dieta equilibrada.
Ella misma, orgullosa de su transformación, lo ha mostrado en Instagram y de paso ha lanzado también un mensaje alertando del peligro que suponen las redes sociales en la búsqueda de la perfección física.