Misión especial de la OEA llega a El Salvador para evaluar su situación política

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San Salvador, 15 feb (EFE).- El ex secretario ejecutivo de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) Santiago Cantón, lidera una misión especial que evaluará la situación política que vive El Salvador de cara a las elecciones legislativas y municipales del 28 de febrero.

De acuerdo con un comunicado de la Organización de los Estados Americanos (OEA), la misión especial arriba este domingo al país centroamericano y permanecerá hasta el jueves 18 de febrero.

La OEA señala que, «en el marco de la visita, la misión se entrevistará con representantes institucionales, políticos y de la sociedad civil, pretendiendo abarcar el más amplio espectro político y social».

Agrega que la secretaría general de la organización interamericana «reitera su permanente vocación de continuar trabajando y coadyuvando con la institucionalidad del país en el marco de la Constitución y de la vigencia del Estado de Derecho».

El clima político de El Salvador se tensó más desde el pasado 9 de febrero, cuando el diputado opositor Ricardo Velázquez Parker pidió activar el mecanismo constitucional para evaluar la capacidad mental del presidente del país, Nayib Bukele, para seguir en el cargo.

La Constitución salvadoreña establece que la Asamblea Legislativa tiene la facultad de declarar, con al menos 56 votos de los 84 diputados y con el dictamen unánime de cinco médicos, «la incapacidad física o mental del presidente» para el ejercicio de su cargo.

El presidente salvadoreño señaló en sus redes sociales que la solicitud de Velázquez se constituye en un «intento de golpe de Estado parlamentario».

«Es increíble, pero revelador, ver a los autoproclamados ‘defensores de la democracia’ mantener total silencio ante el intento de un golpe de estado parlamentario», publicó Bukele.

El Congreso, de mayoría opositora, ha pedido la intervención de la OEA después del 9 de febrero de 2020, cuando Bukele ingresó al recinto legislativo escoltado por soldados y policías armados con fusiles de asalto y afuera lo aguardaban cientos de sus seguidores pidiendo «insurrección».