Las cotizaciones de los trabajadores son transferidas a los fondos que están bajo responsabilidad de las AFP, quienes basan su negocio en estos ahorros. Todos estos aportes han llegado a un valor estimado en $12,000 millones, pero no todo este dinero está en físico, en efectivo.
El Gobierno incorporó en la reforma un conjunto de acciones para rescatar dichos fondos, con el objetivo único de que beneficien a los usuarios del sistema. De acuerdo con el ministro de Hacienda, Alejandro Zelaya, esta propuesta de ley evitará que funcionarios de este Gobierno, y de cualquier otro en el futuro, usen los ahorros de los trabajadores para gastos arbitrarios.
El principal objetivo de esta reforma es que las personas en situación de retiro tengan un ingreso más digno, y que los cotizantes activos mejoren su expectativa para cuando terminen su vida laboral.
Entre los cambios que permitirán cumplir esta meta está que “aumenta sustancialmente la rentabilidad, lo que permite una mayor pensión”, aclaró el Presidente Bukele. Quiere decir que los ahorros generarán más ganancias con las actividades detalladas en el anteproyecto que se presentó a los diputados.
