Por Anne-Sophie LABADIE y las oficinas de la AFP
La gran esperanza de lograr una tercera estrella se transformó en enorme decepción para los aficionados franceses el domingo, tras la victoria de Argentina sobre los «Bleus» al término de un partido «extraordinario» en la final del Mundial 2022, que se definió con penales.
En los Campos Elíseos de París, lugar habitual de celebraciones futbolísticas, varios miles de personas habían desafiado al frío y la llovizna para seguir el encuentro desde sus teléfonos móviles, observaron periodistas de la AFP.
Durante la prórroga, se escucharon clamores y algunos fuegos artificiales cuando el delantero francés Kylian Mbappé anotó desde el punto penal el empate 3-3, previo a la definición desde los 11 pasos.
«Estamos decepcionados, sobre todo con un final con penaltis», declaró Louane, de 14 años, llegada con sus padres desde el departamento de Jura (este). «Pero hubo remontadas y creímos» en la victoria, añadía.
«Ha sido un partido inesperado, extraordinario, que quedará grabado en la historia del fútbol», dijo Iulian Ionita, de 18 años, envuelto en la bandera francesa.
El escenario de esta final – Francia perdía 2-0 en el descanso, pero acabó empatando, por lo que el partido se acabó resolviendo con prórroga y penales – también será recordado por Romain Balthazar.
«Lograr remontar dos goles y luego uno es enorme», sostuvo este estudiante de Ingeniería de 22 años, llegado desde Reims, en el este del país.
– «En cuatro años» –
Imeran Rahmi, de 20 años, se sintió en «una montaña rusa» gracias a Mbappé, autor del primer hat-trick en la final de un Mundial desde el inglés Geoff Hurst en 1966.
Pese a la derrota, Romain Balthazar afirmó estar «orgulloso» de la actuación los «Bleus» en el Mundial catarí.
Y Salma Alkaoui, de 19 años, aseguró: «En cuatro años es nuestra, la Copa».
En el viejo puerto de Marsella, en el sur de Francia, reinaba la calma hasta el primer penal, marcado por Mbappé. Al tercero, la ciudad del Olympique de Marseille llegó a gritar el nombre del jugador del PSG, su rival declarado.
En Lille (norte) la nieve deshecha y el hielo acogían a los aficionados, cabizbajos, a la salida de los bares.
«Ha sido un partido bonito, estoy super decepcionada por haber perdido, ya no tengo ni voz de lo que he gritado, pero estoy orgullosa, realmente orgullosa de ellos, de todas formas», afirmó con voz ronca Flavie Serra, de 24 años.