Por Patrick T. FALLON
Equipos de rescate siguen buscando este miércoles víctimas entre los escombros de los devastadores incendios en Hawái, que dejan hasta ahora 106 muertos, para cuya identificación se instaló una morgue provisional.
El gobernador del archipiélago, Josh Green, ya observó varias veces que el saldo final del incendio que arrasó la semana pasada la ciudad de Lahaina –el más mortífero de Estados Unidos en más de un siglo– podría incluso «duplicarse».
Las autoridades del condado de Maui informaron el martes por la noche de 106 víctimas mortales.
Entre los fallecidos figuran dos mexicanos, según la cancillería del país latinoamericano, que no dio detalles sobre las circunstancias de la muerte.
Hasta la fecha, sólo un cuarto de la zona siniestrada en Lahaina, en el litoral oeste de la isla de Maui, ha sido rastreada por perros perturbados en tareas de búsqueda de cuerpos, según Green.
Unos contenedores refrigerados fueron instalados en la isla, a modo de morgue provisional, además de personal del ministerio de Salud, para agilizar el complicado proceso de identificación de las víctimas, constató un periodista de la AFP.
Green hizo hincapié en que las autoridades harán todo lo posible para evitar que promotores inmobiliarios se aprovechen de la situación para comprar terrenos.
«Nuestro objetivo es tener un compromiso local –para siempre– con esta comunidad, mientras reconstruimos», dijo.
«Nos aseguraremos que hacemos todo lo que podamos para evitar que la tierra caiga en manos de personas de fuera», agregó.
– Difícil identificación –
El proceso para identificar a las victimas avanza lentamente. Las autoridades habían recogido muestras de ADN de 41 personas con familiares desaparecidos en la tragedia.
Sólo cinco de los fallecidos habían sido identificados.
Funcionarios del condado de Maui difundieron dos de sus nombres después de haber notificado su muerte a los allegados.
Cientos de personas siguen dadas por desaparecidas, aunque este número se va a reducir a medida que las comunicaciones se restablecen en la isla.
En Lahaina, que tenía 12.000 habitantes antes de la tragedia, más de 2.000 edificios quedaron destruidos y muchas viviendas arrasadas.
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo el martes que viajaría a Hawái junto a su esposa Jill «tan pronto como podamos», aunque dijo que no quería «interponerse» en las labores de rescate.
El mandatario utilizó rápidamente la catástrofe natural para poder financiar los equipos de emergencia y la declaración de reconstrucción.
La gestión de la crisis ha sido duramente criticada y muchos habitantes han dicho sentirse abandonados por las autoridades.
– Aferrada al malecón –
«Lo que sucedió, en mi opinión, roza la negligencia (…) Sólo estoy aquí porque me salvé yo mismo», aseguró a la AFP Annelise Cochran, una mujer de 30 años que sobrevivió a las llamas porque se lanzó al mar.
Cuando se vio rodeada por las llamas en el malecón de Lahaina, esta nadadora no lo pensó dos veces y, como otras personas, vio que lanzarse al mar era su única alternativa.
Pasó entre cinco y ocho horas en el agua, aferrada al muro de rocas que bordea el fin del malecón, antes de que pudieran rescatarla.
Más de una semana después del devastador incendio, las autoridades de Maui intentaron dar refugio a los supervivientes, que perdieron casi todo. Unos 2.000 alojamientos (habitaciones de hotel, establecimientos Airbnb o de particulares) son accesibles gratuitamente para los residentes durante al menos 36 semanas.
Pero, las polémicas y las críticas sobre la gestión de las autoridades ante este tipo de catástrofes no dejan de crecer.
Muchos señalan que algunos equipos de bomberos no pueden actuar rápidamente porque las bocas de incendio estaban secas o con un caudal muy bajo.
El proveedor de electricidad Hawaiian Electric también es objeto de una denuncia por no haber cerrado la corriente, pese al alto incendio y los fuertes vientos provenientes de un huracán que pasó al suroeste de Maui.
Estos incendios acontecen en medio de un verano marcado por fenómenos extremos en todo el mundo, como los fuegos sin precedentes en Canadá, todos ellos relacionados con el cambio climático según los expertos.
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