«La emoción es gigante», resume una aficionada de Colombia en el Hard Rock Stadium. Como ella, aficionados cafeteros y argentinos han tomado este domingo el estadio de Miami convencidos de que su equipo va a ganar la final. Pero la vigilia se empañó en parte por un intento de decenas de hinchas de ingresar sin entrada.
Desde horas antes del comienzo del partido, a las 20H00 (00H00 GMT del lunes), miles de colombianos y argentinos, dos de las comunidades más numerosas de la ciudad, llenaron los alrededores del estadio.
No les importó la temperatura de 32 ºC ni el caos para llegar hasta aquí.
Para matar la espera hicieron asados en los aparcamientos, tomaron bastante, y charlaron o vieron la final de la Eurocopa que España le ganó a Inglaterra.
Pero al entrar al estadio, lo único importante era el partido entre la vigente campeona albiceleste y Colombia.
«Estamos ilusionados, con ganas de luchar, de dejar la vida en estos 90 minutos», dijo Andrés Carreño, un colombiano que vive en Ohio y viajó desde ahí para la final. «No hay nada más importante que ganar, llevamos mucho tiempo sin hacerlo».
– Incidentes –
El buen ambiente, entre banderas, sombreros y pancartas, quedó empañado por incidentes en accesos al estadio.
En una de esas entradas, un grupo de aficionados, la mayoría colombianos, franquearon los puestos de seguridad sin billete, pero la policía los alcanzó y detuvo.
Minutos después otras decenas de personas consiguieron ingresar en el Hard Rock Stadium corriendo, pero no estaba claro si tenían billetes o no, según dijo un oficial de policía a la AFP.
Lo ocurrido llevó a la seguridad a frenar el ritmo de entrada a las instalaciones, creando una situación caótica en las afueras del estadio.
«Esto es un desastre. Hace más de cuatro horas que estamos parados para poder entrar. Abrieron dos puertas nada más», lamentó Juan, un aficionado de Buenos Aires. «Hay gente desmayada, gente grande y chicos llorando».
Cecilia Cabarelli, otra hincha de Argentina, compartía el enojo por esta situación.
«Nos tratan como animales. No hay organización ni nada parecido. No se prepararon para recibir a 60.000 personas», criticó. «Sigo temblando, me siento como ganado, como un pedazo de animal».
– «Messi ya no me da miedo» –
En el interior del estadio, quienes habían escapado a esos incidentes, sólo querían disfrutar del fútbol.
Daniela Ruiz confiaba en Colombia y sus 28 partidos invicta antes de final.
«La emoción es gigante», dijo esta comunicadora que viajó desde Medellín para apoyar a los suyos. «No va a ser fácil porque Argentina es un rival importante. Pero venimos jugando muy bien».
Para Luciano Mattio, un empresario que viajó desde Buenos Aires, el desenlace del partido estaba claro.
«En estas oportunidades Argentina muestra lo que es. Tenemos la presión de haber ganado el Mundial, la anterior Copa América, pero Colombia lo necesita más que nosotros y lo vamos a ganar», aseguró.
Daniel Klein un argentino que lleva 20 años viviendo en Miami fue aún más optimista.
«Esto lo ganamos 4-0. No tengo ninguna duda, jugamos perfecto», afirmó.
Los aficionados esperaban un gran partido de sus estrellas.
Klein tenía claro que la leyenda Messi, todo un ídolo en Miami desde que fichó por el Inter de la MLS el año pasado, iba a hacer un gran encuentro.
Del lado colombiano, algunos soñaban con que James Rodríguez, su capitán, fuera el jugador determinante de la noche.
«James es el ídolo de Colombia, él sabe que tiene todo nuestro apoyo», dijo Lorena Prieto, una colombiana que vive en Nueva York.
«Messi ya no me da miedo, ya está oxidado. Nosotros estamos nuevos», concluyó.
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