Huellas del tiempo: Detalles que resisten en la Ruta de las Flores

Fotos por Estefany Calderon | EL METROPOLITANO DIGITAL

Por: Estefany Calderon

Entre los pueblos montañosos de Ataco, Apaneca y Juayúa, aún permanecen intactos fragmentos de historia: calles empedradas, casas de teja, iglesias coloniales y ventas artesanales. En esta breve selección visual, se recoge la esencia de un corredor cultural donde la arquitectura y las costumbres dialogan en silencio con quienes caminan sus senderos.  

La Ruta de las Flores, una encantadora travesía de cerca de 32 km entre los departamentos de Ahuachapán y Sonsonate, ofrece un recorrido entre cerros, cafetales y pueblos llenos de tradición. Según el sitio Visit Centroamérica, esta ruta conecta seis municipios, entre ellos Concepción de Ataco, Apaneca y Juayúa, destacando por su clima fresco, arte urbano, gastronomía y paisajes naturales.

Además, el nombre de Ataco proviene del náhuat y significa «lugar de manantiales», lo que refleja el vínculo ancestral con el entorno natural y cultural del occidente salvadoreño.

En la Ruta de las Flores no todo está decorado o diseñado para el turismo. Hay rastros genuinos que sobreviven a pesar del tiempo, como las manos que tejen cestas o los carpinteros que dan forma a la madera. Son estos fragmentos visuales —a veces silenciosos, a veces vibrantes— los que permiten entender el valor real del patrimonio cultural.

Iglesia Inmaculada Concepción de María su remodelación fue terminada el día 5 de enero del 2003. Fray Romeo Tovar Astorga OFM. Obispo de Santa Ana la bendijo. (FOTO ESTEFANY CALDERÓN)

Según la voz popular en Ataco, el campanario actual de la iglesia fue reconstruido tras los daños sufridos en el terremoto del año 2001. El original colapsó, y desde entonces se conserva esta estructura más moderna como símbolo de resiliencia del pueblo. (FOTO ESTEFANY CALDERÓN)

Esta iglesia es un símbolo representativo del municipio de Juayúa y de sus lugareños. El templo está constituido por un estilo suave romántico y neobarroco. La iglesia fue inaugurada el 26 de enero de 1957. (La ciudad de Juayua, 2020) (FOTO ESTEFANY CALDERON)

La solemne edificación resguarda en su interior una imagen impresionante y milagrosa del Cristo Negro, he de allí su nombre. Sus vitrales son obras del artesano alemán FRZ. X. ZETTLER ó F. X. ZETTLER MUNICH.(La ciudad de Juayua, 2020) (FOTO ESTEFANY CALDERON)

Calles con un diseño de piedras único y sus arreglos florales, las personas disfrutan estar entre elementos como las flores. (FOTO ESTEFANY CALDERON)

Las calles de Apaneca y Ataco son empedradas debido a una combinación de factores históricos y de la naturaleza de la región. (FOTO ESTEFANY CALDERON)