(Foto de archivo Centro Judicial Isidro Menéndez)
La revocatoria del arresto domiciliar del expresidente de la República, Francisco Flores Pérez, ordenada por la Cámara Primera de lo Penal de San Salvador, ha generado diversas reacciones de políticos y juristas.
Una de las reacciones proviene del del exmagistrado de la Cámara de lo Penal de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), Ulices del Dios Guzmán, quien señaló que Flores debería ser trasladado a un centro penitenciario y no a bartolinas de la Policía Nacional Civil.
«La detención debe ser en un lugar donde se le garantice la seguridad (…) no precisamente debe pasar a bartolinas, los centros de previsión son los penales no las bartolinas. Legalmente hablando deberían transferirlo a un penal», expresó el jurista en la entrevista República SV del canal 33.
Agregó que las autoridades deben resguardar la integridad del exmandatario porque «no sería cualquier reo». De hecho, ha trascendido que la Cámara Primera de lo Penal estableció en su resolución que Flores debe ser resguardado en un lugar donde se garantice su seguridad, sin especificar el lugar al que sería trasladado.
Por otra parte, el diputado de GANA y miembro de la Comisión especial que investigó el destino de los fondos de Taiwán, Guillermo Gallegos, expresó su satisfacción por la revocatoria.
«Esta es una muy buena noticia, esa forma arrogante (de Flores) hace que se generen antipatías hacia él. El evadir la justicia, a la policía y a la Interpol es necesario que él esté resguardado en una bartolina», precisó el funcionario en canal 33.
A esta hora varios periodistas de diferentes medios de comunicación se han apostado frente a la residencia de Flores Pérez (en colonia San Benito, San Salvador) a la espera de que las autoridades lo trasladen a otro lugar.
El expresidente fue condenado a arresto domiciliar por el Tribunal Primero de Instrucción el pasado 5 de septiembre tras presentarse sorpresivamente al Centro Judicial por los delitos de peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia de particulares.
Durante cuatro meses fue prófugo de la justicia.
