Alfombras: Color, tradición y fe

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Por: Samuel Gutiérrez

Las alfombras en semana santa son una tradición que data desde las primeras celebraciones de la Semana Santa en el siglo XVI. Desde entonces las calles se adornan cada Semana Mayor con hermosos y distintos estilos de alfombras que se utilizan para que las procesiones pasen sobre ellas.

Las alfombras se crean con sales de colores, aserrín y flores. Los estilos dependen de la creatividad y del sentido que le otorguen las personas que las elaboran.

Eliseo Merino, presidente de la Asociación Vía Crucis de la Parroquia El Calvario de San Salvador, explicó que las alfombras simbolizan la puesta de palmas que colocaron a la entrada de Jerusalén para que Jesús pasara.

“Las alfombras tienen su naturaleza en el domingo de ramos, dicen las sagradas escrituras que los hebreos pusieron palmas y mantos para que Cristo pasara como símbolo de honor y realeza. Eso se trata de representar solo que hoy con alfombras para que la imagen de Jesús pase sobre ellas” señaló Merino.

La elaboración de una alfombra puede tardar más de 24 horas dependiendo su tamaño y su diseño. Se empiezan a elaborar en la tarde del jueves santo y algunas culminan por la mañana del viernes santo.

Las principales procesiones que pasan sobre las alfombras son las del Vía Crucis en el Viernes Santo y el Santo Entierro, siendo para esta última a la que se le preparan las alfombras más “elegantes” según señaló el presidente de la Asociación Vía Crucis.

“Por la mañana (del Viernes Santo) las personas disfrutan de la procesión solemne del Vía Crucis, hay más de alguna alfombra, pero por la tarde se preparan las alfombras más elegantes y bonitas”, detalló Merino.

En el país se elaboran alfombras para las procesiones, siendo una de las más populares las de Izalco en el departamento de Sonsonate y en Sensuntepeque; cabecera departamental de Cabañas.

En el Centro Histórico de San Salvador cada año se elaboran alrededor de 25 alfombras.